Esta semana me llego una fotografía del papa Francisco con una frase que decía: “María no es sólo el puente entre Dios y nosotros, es más todavía: es el camino que Dios ha recorrido para llegar a nosotros, y es la senda que debemos recorrer nosotros para llegar a Él”. Sabemos que esta declaración no es Bíblica, la palabra de Dios nos dice (1 Timoteo 2.5-6) Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
Estas palabras del papa Francisco las dijo en la
celebración de la anunciación del Señor, fiesta que queda reflejada en el libro
de Lucas 1.35-38, que fue cuando el ángel del señor anuncio a María que iba a
dar a luz a un bebe y que lo llamarían Hijo de Dios.
La llamada Anunciación del Señor ha recogido en las redes
sociales infinidad de oraciones y plegarias a María. Sin querer ofender a nadie
puedo decir que en la Iglesia Católica Romana, es común orar a María y a todo
tipo de santos.
Rezan a San Dimas para pedir por los bienes robados o
extraviados, a San Cipriano para protección contra hechizos o mala suerte, a
San Alejo para alejarse y protegerse de personas indeseables y dañinas. Si
pierde algo, puede optar por rezarle a San Antonio para que le ayude a
encontrarlo. Si tiene un problema con una mascota, puede optar por rezarle a
San Antón para que le ayude. Y, por supuesto, muchos rezan regularmente a
María, la Madre de Jesús, por todo tipo de necesidades.
Pedirle a San Antonio que te ayude a encontrar algo, por
ejemplo, es realmente poner a San Antonio como un dios que está a cargo de las
cosas perdidas. Decidir pedir diferentes cosas a diferentes personas es como
las antiguas religiones paganas que tenían diferentes dioses o diosas a cargo
de diferentes aspectos de la vida.
La Palabra de Dios nos enseña a orar a Dios Padre. Así
comienza el Padrenuestro y todas las oraciones bíblicas están dirigidas a Dios.
La oración es parte fundamental de lo que significa ser hijo de Dios.
En realidad, la oración debería ser mucho más simple que
eso. Mateo 6 es muy útil para zanjar cualquier duda sobre la oración. He aquí algunas
ideas:
La oración debe dirigirse a nuestro Padre Celestial (VS-9).
No hay ningún precedente bíblico para orar a los creyentes fallecidos.
La oración debe ser simple, no complicada (VS-7). No es
necesario utilizar un lenguaje religioso elegante y repetitivo.
La oración no necesita torcer el brazo de Dios para
escucharlo. Dios ya te ama más de lo que podrías imaginar, así que solo pide (VS-8).
Dios no responde las oraciones basándose en quién ora. Dios
contesta las oraciones basándose en que lo que se pida vaya de acuerdo a Su
voluntad (1 Juan 5.14-15). No hay absolutamente ninguna base o necesidad para
orar a alguien más que solo a Dios. No hay bases para pedir a aquellos que
están en el Cielo que oren por nosotros. Solo Dios puede escuchar nuestras
oraciones. Solo Dios puede responder nuestras oraciones. Nadie en el Cielo
tiene ningún mayor acceso al trono de Dios que el que tenemos como creyentes a
través de la oración (Hebreos 4:16).
Ora directamente a Dios, sabiendo que Él te escucha, que te
ama y que dirige todas las cosas para el bien de los que lo aman. (Romanos 8.28).
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