Seguro que más de una vez hemos oído “Dios aborrece el
pecado pero ama al pecador “o “Cuando Dios cierra una puerta, Él abre una
ventana” Frases como estas que se repiten y repiten infinidad de veces, pensando
que vienen en la Biblia, pero que en realidad no aparecen en ninguna parte de
las Sagradas Escrituras. Son frases que se aprenden y que las usamos como
oración o como enseñanza solamente porque tienen cierto parecido con algún
versículo de la Biblia.
Buscando en internet acerca de esas frases tan populares que
muchos cristianos usamos como versos de la Biblia, me llevo a leer la historia
de Michael Keller Ditka, Jr, también conocido como "Iron Mike", ex jugador,
ex entrenador y ex comentarista de fútbol americano. Cuenta la historia que
estaba dando una conferencia de prensa un día después de ser cesado como el
entrenador de los Osos de Chicago cuando decidió citar una frase. «La Biblia te
dice que todo pasará», queriendo justificar la mala racha que llevaba su
equipo, y para justificar esa mala racha cito esa frase que la atribuyo a la
Biblia con el propósito de dar más credibilidad a sus palabras. Pero Ditka se
equivocó en su cita bíblica. La frase «esto también pasará», no aparece en la
Biblia. Él estaba citando una escritura fantasma que suena a que pertenece a la
Biblia, pero si lo analizamos detenidamente vemos que no aparece por ningún
lado
El mundo evangélico está lleno de dichos religiosos, y que debido
a su brevedad y a ser muy pegajosos poseen un poder único de colarse en nuestro
pensamiento, y oraciones. Sin querer, empezamos a ver el mundo y a tomar
decisiones conforme a la lista de dichos ingeniosos en vez de usar la Palabra
de Dios.
¿Qué explicación se le puede dar a esto? Muy sencillo. La
gran mayoría de las veces, los cristianos escuchamos a alguien decir algo que
nos gusta y lo asemejamos con la Biblia sin corroborarlo como hacían los de
Berea (Hechos 17.11) Entonces nos dedicamos
a repetirlo como si fuera de parte de la revelación divina. La verdad es que
estos dichos se han hecho tan populares que hay creyentes sinceros (incluso
pastores) que afirman que son versículos de la Biblia. El que sea pegajosos no
es el problema, es la falta de esfuerzo de los creyentes por comprobar si esa
frase o dicho procede o no procede de la Biblia.
Por otro lado también existe en internet infinidad de
páginas cristianas que publican frases de contenido religioso de grandes
oradores, que se van copiando de página a página, tomando muchas veces más
relevancia que la misma palabra de Dios. No entiendo porque en lugar de aceptar
estas cosas sólo porque son pegajosas, populares o porque las haya dicho
Spurgeon, Paul Washer, McCarthur y otros, ¿no sería mejor y más constructivo dedicarnos
a compartir versículos Bíblicos que aportarían conocimiento y alimento sano a
las personas de nuestro alrededor?
Las Sagradas Escrituras nos proveen una abundancia de dichos
cortos, sabios, y serios que Dios pretende que nosotros atesoremos en nuestro
corazón y sin embargo pocas veces lo hacemos. El ejemplo más obvio es el de los
Proverbios, pero los profetas y los apóstoles también mostraron habilidad al
expresar líneas cortas pero penetrantes.
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