19 octubre 2018

Tomando buenas decisiones


Tomar buenas decisiones es uno de los aprendizajes más importantes y más complicados de cualquier persona. Esto se debe a que cualquier situación en la que hayamos tenido que elegir puede tener grandes consecuencias en el futuro, aún y cuando ya no lo recuerdes o la veas como algo sin importancia. Por este motivo, Pablo clama por los filipenses "para que aprobéis lo mejor" (Filipenses 1,10), en otras palabras, que tuvieran la habilidad a la hora de tomar decisiones para diferenciar entre lo correcto y lo erróneo, entre bueno y lo malo, entre lo vital y lo superficial.


No es difícil distinguir lo bueno de lo malo como tampoco lo es reconocer lo limpio de lo sucio o lo blanco de lo negro. La palabra griega traducida “lo mejor” tiene la idea de distinguir aquello que es excelente. Significa hacer un juicio entre lo que es meramente “bueno” y lo que es “superior”.
Hay muchas situaciones que enfrentamos diariamente y que nos retan a escoger entre lo bueno y lo mejor. Ejemplo: Para un joven soltero cristiano no debe ser difícil escoger entre una señorita inconversa y una cristiana, pero sí necesita la dirección del Señor para hacerlo entre dos cristianas.

Estas decisiones no se toman al azar. No podemos esperar la dirección divina abriendo la Biblia y leyendo el texto en donde pongamos el dedo. No se puede sólo sacar una tarjetita de la caja de promesas y esperar que sea la que nos indique la voluntad de Dios. Otro peligro es probar a Dios como lo hizo Gedeón (Jueces 6.36–40), pues la mayoría de las ocasiones se escogen pruebas equivocadas, manipuladas o convenencieras. Aun esperar que la paz que sentimos en la mente y corazón nos ayude a decidir puede ser engañoso.

El consejo de hermanos maduros y de mayor experiencia puede ayudarnos a tomar buenas decisiones. La Biblia anima a buscar consejo (Proverbios 11.14; 15.22; 19.20). Es muy importante que el consejo espiritual sea siempre apegado a la Palabra de Dios. Pero no es solamente escuchar, es estar dispuesto a seguir el consejo que se recibe (Proverbios 12.15)

Las Sagradas Escrituras nos enseñan como tomar decisiones sabias.

1.-Sometiéndolas a la voluntad soberana de Dios (Santiago 4.13–15)
2.-Sometiéndola a su voluntad moral y de acuerdo a las reglas y leyes (2 Timoteo 3.16–17)
3.- Deben tomarse bajo la motivación del amor, considerando a los demás y la gloria de Dios (Filipenses 2.4; 1 Corintios 10.24).
4.- Es muy importante enfatizar en la necesidad de tener discernimiento  para que podamos mantener nuestros valores y nuestra moralidad cristiana. (Hebreos 5.14).

Toda decisión, sea grande o no, es importante. Una decisión que tomemos hoy puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso o, incluso, entre la vida y la muerte. Si tenemos en cuenta los principios bíblicos, tomaremos buenas decisiones que agraden a Dios.

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