En 2017 conmemoraremos el 500 aniversario del nacimiento de
la Reforma Protestante. Lo que hoy nos
llamamos evangélicos, somos los descendientes de esa Reforma, iniciada por un
monje católico llamado Martín Lutero. Esté se opuso a la explotación de
Roma por las ventas de indulgencias, o sea, el poder comprar el perdón y la
absolución, por medio de dinero.
Es a partir de ahí cuando a los hoy llamados
evangélicos, se le puso el nombre de "protestantes", porque
protestaron contra el abuso del papado, el cual proclamaba doctrinas contrarias
a la Biblia.
Lamentablemente después de casi 500 años no se parece mucho
lo que hoy en día muchas iglesias y cristianos viven, parece como si esa
reforma ya no estuviera vigente, y hay muchos llamados “cristianos” introduciendo
ciertas doctrinas de una forma que no es bíblica y por tanto, no muy saludable.
Uno de las mayores bendiciones de la Reforma fue el acceso de
todos los creyentes a la Biblia. Personas murieron para que tú y yo pudiéramos
tener acceso a la Biblia en nuestro idioma. Sin embargo, hoy muchos creyentes
han dejado el estudio bíblico a los pastores, en vez de ellos participar como
creyentes en el estudio profundo de la Palabra para que sus vidas seas formada
por verdades bíblicas. Preferimos que un pastor nos diga qué hacer que crear
convicciones a través del estudio de la Palabra.
Otra de las cosas por la que más lucho Martin Lutero fue la
venta de indulgencias. De alguna manera esto equivalente a comprar el favor de
Dios. Lamentablemente, nuestras iglesias en ocasiones manifiestan diversas
formas de comprar el favor de Dios, aquel favor que Cristo compró a través de
su muerte en la cruz, y que a través de ella tuviéramos vida, y vida en
abundancia. Hoy en día muchos tratan de manipular a Dios por medio de ofrendas, promesas, ayunos… para
recibir lo que deseamos.
¿Seguro que más de una vez habremos escuchado?: ¿esta
canción nos llevará a la misma presencia de Dios? La realidad es que ninguna
canción, líder de adoración o persona puede hacer lo que solo Cristo puede
hacer. Solo Jesucristo el mediador entre Dios y el hombre, nos puede llevar a
la presencia de Dios. Es por medio de Él que tenemos acceso al Padre.
Como protestantes, somos muy dados a negar la infalibilidad
papal, pero muchas veces con nuestras acciones afirmamos la infalibilidad de
nuestro predicadores favoritos. No estoy diciendo que no debemos aprender de
hombres de Dios ni tenerlos en alta estima. Pero no podemos basar nuestros
sermones y doctrinas en los argumentos de los hombres sin estudiar
profundamente lo que dice la Biblia sobre el tema.
Es un hecho innegable que muchas iglesias e instituciones evangélicas están siendo infectadas y dominadas por las
modernas doctrinas, habiendo hecho de la fe un mercado, idéntico al que
combatió en su tiempo Martin Lutero y si danos cuenta estamos repitiendo la
historia de hace 500 años, utilizando y manoseando la Biblia para nuestros
intereses personales.
Con esto me refiero a cuidarnos de no volver a doctrinas y
prácticas que fueron denunciadas por los protestantes durante la Reforma, pero
que de alguna forma la iglesia moderna está siendo tentada a readoptarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario