Qué tienes en la mano? Le pregunta Dios a Moisés….
Y él le respondió…….. Una vara [1]
¿Cuáles son las cosas ordinarias de nuestra vida, nuestra
voz, una pluma, un martillo, una escoba, un instrumento musical? Aunque es
fácil suponer que Dios puede usar sólo los dones especiales, no debemos impedir
el uso que El haga de las cosas cotidianas que podamos hacer. Moisés nunca se
imaginó que su simple vara sería un instrumento de Dios para hacer milagros.
Muchas veces tenemos infinidad de ideas y obras para hacer,
sabemos que es bueno tener interés en hacer cosas para la obra del Señor, pero
tenemos que saber que es mejor llevar algo
a cabo con eficiencia en vez de contentarnos con tener muchas ideas o hablar de
hacer alguna cosa. Una buena obra vale muchísimo más que miles de ideas
brillantes que nunca llegan a concretarse.
Jamás debemos sentarnos y esperar que nos llegue la gran
oportunidad o que aparezca un trabajo distinto, bonito o diferente para hacer.
Todos y cada uno de los días debemos hacer las cosas que nos vengan ¨a la mano¨
[2]
Por lo tanto, comencemos
a hacer cosas para Dios sin esperar que sea
un trabajo de cara a la “galería”. Procuremos dar fruto desde ahora, pero fijémonos
cómo lo hacemos porque tenemos que
hacerlo según nuestras fuerzas. Hazlo de inmediato, no pierdas tiempo pensando en lo que harás mañana, o si esto es
bueno o sería mejor hacer otra cosa. Es lo que hacemos hoy lo que genera
bendición y trae honor a Cristo, y todo lo que hagas por él, hazlo de todo
corazón, No le des a Cristo un trabajo hecho a medias o de vez en cuando, sino que cuando le sirvas
hazlo con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas
¿Dónde hallaremos los cristianos la fuerza o el poder para
llevar a cabo nuestros planes? Nuestro poder descansa en Dios, por tanto,
busquemos su ayuda y trabajemos en oración y con fe. Y una vez que hayamos
hecho lo que nos viene a la mano para hacer, oyéremos eso de “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. [2]
[1].- Éxodo 4.2
[2].- Eclesiastés
9.10
[3].- Mateo 25.21
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