Seguro que alguna vez te ha pasado. En estas fiestas
navideñas, es muy normal que la gente esté más alegre, más cordial, más amable.
El otro día en este espíritu de felicidad y cordialidad alguien me dijo con
singular alegría: "¡felices fiestas!" a lo que yo, le conteste ¡muchas gracias! ¡Feliz Navidad!
De inmediato, otra persona que también trabaja en el mismo lugar me dijo en
tono enérgico, enfadado, como insinuando una corrección en mi felicitación:
Síiiiiiiiiiiiiiii, ¡felices fiestas!
A mí no me molesta que me digan ¡Felices Fiestas! ni voy a andar explicando o corrigiendo a todo mundo diciendo que yo lo único que celebro es el nacimiento de Jesús. Pero tampoco estoy de acuerdo en que me quieran corregir, pues siempre suele ocurrir lo mismo: yo tengo que aceptas las opiniones y creencias mientras que otros, no aceptas mis opiniones y creencias.
A mí no me molesta que me digan ¡Felices Fiestas! ni voy a andar explicando o corrigiendo a todo mundo diciendo que yo lo único que celebro es el nacimiento de Jesús. Pero tampoco estoy de acuerdo en que me quieran corregir, pues siempre suele ocurrir lo mismo: yo tengo que aceptas las opiniones y creencias mientras que otros, no aceptas mis opiniones y creencias.
El respeto tiene que ser recíproco: Yo intento ser prudente
y sabio para no ofender a nadie y tú serás maduro para no hacerte el ofendido
porque expreso con respeto mis creencias.
En muchos casos ahora resulta que si
digo que creo en Dios, muchas personas se ofenden, pero cuando ellos dicen que
Dios es un engaño y que yo debo estar loco y ser un ignorante para creerlo, yo debo
ser humilde y manso y no solo no ofenderme, sino aceptar que ellos tienen
razón.
En todo caso, cualquiera sea la circunstancia, siempre, a tiempo y a destiempo haremos bien en estar alertas para aprovechar las oportunidades de testificar de Cristo a otros, sobre todo a aquellos para los cuales, cualquier referencia al nacimiento del Señor Jesús carece de importancia alguna, son ellos precisamente quienes tienen que oír acerca del verdadero significado de la navidad.
En todo caso, cualquiera sea la circunstancia, siempre, a tiempo y a destiempo haremos bien en estar alertas para aprovechar las oportunidades de testificar de Cristo a otros, sobre todo a aquellos para los cuales, cualquier referencia al nacimiento del Señor Jesús carece de importancia alguna, son ellos precisamente quienes tienen que oír acerca del verdadero significado de la navidad.
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