Muchos cristianos, y entre ellos me incluyo yo, no estamos
de acuerdo ni con los políticos que nos gobiernan, ni con las leyes que nos
imponen, y todo esto nos lleva a que de nuestra boca salen muchas quejas,
murmuraciones y criticas. Sin darnos cuenta murmuramos del gobierno, murmuramos
de las autoridades, y pese a que no nos guste las personas que nos gobiernan la
Biblia no nos enseña a que les
critiquemos si no a orar por ellos.
Tomemos ejemplo de cómo Jesús nunca se quejó del gobierno romano. Ciertamente
tenía motivos y oportunidad para hacerlo, pero cuando se le preguntó:
"Dinos, pues, qué te parece. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o
no?", Jesús no comenzó a despotricar, ni a criticar ni a murmura, ni a
quejarse, sus palabras fueron," "Por tanto, dad al César lo que es
del César, y a Dios lo que es de Dios". [1]
Dios nos manda honrar
a nuestros gobernantes a orar por ellos, no ha criticarles, aunque no estemos
de acuerdo con sus propuestas.
. .. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones,
peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por
todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en
toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios
nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad. [2]
Tengamos en cuenta, que, Pablo no dijo orar por los gobernantes si ellos son hombres buenos o dignos de honor. No, dijo orar por los
gobernantes estés o no estés de acuerdo con ellos. Pensando en todo esto me llevo a hacerme una pregunta:
¿Oro por los que me
gobiernan tanto como me quejo de ellos?
Sinceramente no, y la Biblia nos enseña que tenemos que orar
por ellos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible con toda
piedad y dignidad en todos los sentidos.
Hay cinco razones muy importantes por la que debemos orar
por nuestros gobernantes:
Para poder vivir quieta y reposadamente
Para que se nos permita vivir en santidad y dignidad
Porque es bueno y agradable a Dios
Para que las personas puedan ser salvas
Para que muchos puedan llegar al conocimiento de la verdad
Claro, no nos gusta que nuestros impuestos suban, no
nos gusta que nos recorten en salud y en educación. Pero en vez de
quejarnos y hablar mal de ellos, oremos para que el evangelio avance y toque un
día los corazones de los que nos gobiernan, oremos para que Dios les dé
sabiduría para gobernar, oremos para que algún día los que nos gobiernan tengan
un corazón conforme al corazón de Dios, oremos para que Dios se mueva sobre
nuestros gobernantes y trabajen por la justicia, la paz y la vida.
En vez de quejarnos, de criticarles, no cesemos de orar. El
orar por los gobiernos le abre la puerta a una proclamación continua del
evangelio y a una expansión en nuestro trabajo misionero. Orar por los nuevos
gobernantes significa que no sólo en este año, sino también en los años
venideros, podremos llevar una vida tranquila, en quietud y paz.
[1].- Mateo 22. 17-21
[2].- 1 Timoteo 2.1-4
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