El dinero siempre ha sido un tema muy controvertido, unos
dicen que el dinero hace la felicidad,
otros que ayuda, y algunos otros dicen que el tener dinero no ayuda a ser feliz,
lo que sí es verdad es que las personas suele estar muy obsesionada con el
dinero anteponiendo a familia, amigos o prácticamente cualquier otra cosa.
El poseer mucho dinero
se ve como la culminación de una vida, la culminación del éxito, la mayoría de
la gente piensa que cuanto más dinero tengan más felices son. No podemos negar que el dinero puede hacer posibles muchas
cosas, como tampoco no podemos poner excusas, diciendo que el dinero no es tan
importante, para dejar de trabajar y no cumplir con nuestras obligaciones financieras. No se trata de ese extremo, se trata de darle el valor que le
corresponde.
Hay momentos en que las cosas no tienen precio, no tiene valor el dinero. Son ideas diferentes, al estilo de algunas tarjetas bancarias,
que reconocen que ciertas experiencias van más allá del dinero. Por ejemplo: “Balón
de fútbol: 100 euros, jugar con tu hijo: no tiene precio”. Hay muchas cosas en esta vida que no se compran con dinero y
nos hace muy felices. Por ejemplo la paz de un atardecer al lado de tu
familia junto al mar, la belleza natural de la creación, las expresiones de
cariño de aquellos a quienes amamos y el disfrute de estar en familia, son
cosas que no tienen precio, que no se consigue con dinero y sin embargo
constituyen grandes riquezas.
Disfrutemos de las cosas que no supone ninguna inversión monetaria, y que si
embargo no hace muy felices.
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