Llegan las vacaciones y una de las cosas que suelen ocurrir
es que muchas de las actividades que hacíamos las dejamos de hacer, por
supuesto dejamos de trabajar, estudiar, dejamos las labores hogareñas, y si nos
desplazamos a nuestro lugar de vacaciones dejamos de asistir a nuestra iglesia
local.
Todas estas cosas llegan a ser muy normales en periodo vacacional, pero
me gustaría que nos hiciéramos todos nosotros una pregunta, ¿En periodo
vacacional dejamos nuestra relación con Dios? ¿En este tiempo de relajación
dejamos de orar, de leer la Biblia? ¿Nos comportamos igualmente que en
cualquier etapa de nuestra vida? ¿O en el periodo vacacional dejamos de ser
cristianos activos, y vivimos un periodo de cristianismo a medias?
No es malo tomarse unos días de descanso, el mismo Jesús recomendó
a sus discípulos que se tomaran un tiempo de relax, [1] pero eso no implica que
debamos relajarnos en nuestra comunión con Dios. El siempre está pendiente de
todos y cada uno de nosotros.
Las vacaciones son necesarias, nos vienen bien para relajarnos,
para olvidarnos de tanto estrés, para
dedicar más tiempo a la familia, pero eso no implica que nos debamos olvidar o por lo menos disminuir nuestra
relación respecto a Dios. Podemos decir que el descenso en la vida cristiana
durante el verano nos lleva a ser cristianos de tiempo parciall.
A vivir la fe de forma esporádica en esta temporada.
Las personas que hemos tenido un encuentro personal con
Jesucristo, debemos vivir una vida cristiana al 100%, tanto en invierno como en
verano, en el trabajo y en las vacaciones, en la salud y en la enfermedad, con
calor o con frío, ya que nuestra vida sólo encuentra sentido en la íntima
relación con Dios.
No olvidemos pues, que Dios no se toma vacaciones en su
búsqueda de amor al hombre y que estas vacaciones, pueden ser tiempo
excepcional para testificar, para evangelizar, para reponer fuerzas, y es que
en verano, seguimos siendo cristianos. Es más, tenemos una magnífica oportunidad de
serlo y de demostrarlo.
Cuidado con la relajación en verano, como todos ya sabemos
el diablo como león rugiente está ahí, [2] aprovechándose de nuestra relajación
veraniega, y muchas veces hacemos cosas
que en otros momentos del año ni tan siquiera lo pensaríamos, pero la
relajación es muy peligrosa, y satanás, el demonio, el maligno, el tentador,
como quieras llamarlo, no se va de vacaciones y no tenemos que dejar que el mal
tome parte en nuestras vidas en vacaciones.
Reconocemos que muchas cosas cambian en estos días en
nuestra vida, pero que lo tengamos muy claro que lo que no tiene que cambiar en
nuestra relación con Dios, esa tiene que ser siempre lo primero estemos donde estemos,
hagamos lo que hagamos.
FELIZ VERANO¡¡¡¡¡
[1].- Marcos 6.31
[2].- 1 Pedro 5.8
No hay comentarios:
Publicar un comentario