En un juicio todo el proceso se concentra en una sola cosa
las evidencias, que significa tener
seguridad clara y absoluta de una cosa, que no puede ser sometida a revisión ni
admite prueba. En un juicio se le pide al jurado que deje a un lado sus
sentimientos y prejuicios y de su veredicto solamente basado en las evidencias
que se han presentado. Los abogados se dedican a presentar evidencias que
parezcan estar a favor de sus clientes para que el veredicto les resulte favorable.
El testimonio más poderoso del evangelio es la evidencia del
poder transformador en la vida de las personas. Es difícil discutir contra una
vida que ha sido transformada, un milagro de sanidad o la fortaleza que los
creyentes reciben al encarar los problemas de la vida.
En el libro de los Hechos [1] la gente de la ciudad de Jerusalén
conocía al cojo que mendigaba frente a la puerta del templo la Hermosa, este
hombre se dedicaba todos los días a pedir limosna a los transeúntes que pasaban
por allí. Los enemigos de los creyentes lo conocían, Sabían muy bien que él
había sido cojo desde su nacimiento.
De repente este hombre no solamente camina, sino salta de
gozo mientras alaba a Dios por haberle sanado. El incidente pronto atrajo a una
gran multitud. El milagro fue sorprendente, electrizante. Ellos querían saber
lo que había ocurrido.
Los apóstoles tuvieron la oportunidad de
decir lo que había ocurrido. El milagro no se debió al poder de ellos.
La gloria pertenecía a Jesús quien había sanado al hombre. Pedro no tuvo que argumentar nada, la evidencia estaba allí ante los ojos de la
multitud, Ellos podían ver que el hombre ya no estaba cojo.
Claro muchos dirán, esos milagros ocurrían hace 2000 años,
la Biblia dice que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre [2] El mismo Cristo que sano a ese
hombre nos sostiene hoy a nosotros.
Hace cerca de 30 años mi vida estaba perdida, no tenía
sentido nada de lo que hacía, los vicios, la mala vida me llevo a una
degradación tremenda hasta el punto de perder todo, familia, trabajo, amigos.
La solución que encontré fui huir, cambiar de aires, pero el problema no era el
ambiente, ni mi ciudad, allí donde iba yo, el problema me acompañaba. Cierto día
en una campaña de evangelización un grupo de cristianos me hablaron de Dios, de
lo que el Señor podía hacer en mi vida, solamente tenía que arrepentirme y acéptalo
como Señor y Salvador de mi vida. Así lo hice, al principio mis más allegados
me decían que era otro “punto” que me había dado, pero al cabo de los años no
han tenido más remedio que reconocer que mi vida ha cambiado, que ya no soy el
mismo, y esto es una evidencia del poder de Cristo, aunque como al cojo también
tengo “enemigos” que me dicen que mi cambio ha sido debido a mi fuerza de
voluntad, a mi constancia, pero amigos la evidencia esta aquí, un corazón
nuevo, una criatura nueva creada según Dios, la transformación ha sido radical
pues he pasado de:
La muerte a la vida
De las tinieblas a la luz
De la mentira a la verdad
De la esclavitud a la libertad
Podre ser perseguido, calumniado, malentendido, humillado,
avergonzado, ridiculizado por ser fiel a Dios pero, la evidencia es clara, las
cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. [3]
La evidencia del
poder transformador de Cristo esta clara, y ante esto no hay ningún argumento
que contradiga lo que Dios izo en la vida del cojo y por supuesto en mi vida, a
Él sea la gloria y la honra.
[1].- Hechos 3.1-10
[2].- Hebreos 13.8
[3].- 2 Corintios 5.17
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