Hace algún tiempo alguien me hacia una pregunta, y ahora la misma
pregunta os la hago yo a vosotros: ¿Cuál es el lugar del mundo donde hay mayor
cúmulo de riqueza?, seguro que abras pensado en algún país o ciudad o quizás algún magnate. Pero la realidad es que el lugar del mundo con mayor riqueza es
el cementerio, si el cementerio, ¿Y sabes por qué? Porque en cualquier
cementerio hay enterrados tesoros, riquezas incalculables, personas que
infelizmente enterraron consigo sus sueños.
Allí en cualquier cementerio hay personas que podrían haber
escrito un libro que sería un best-seller, allí hay personas que tendrían la
cura para enfermedades que la medicina aun no encontró, pero que fueron
enterradas con el remedio, personas que murieron y enterraron sus ideas.
La Biblia nos dice en [1] Si dijeras en tu corazón: Estas
naciones son más poderosas que yo, ¿cómo podré desposeerlas? En otras palabras,
si dentro de ti piensas que no vas a hacer algo porque no te va a salir bien, ¿Cómo
vas a poder hacerlo? Si tenemos esa
actitud seguro que nuestros sueños y anhelos nunca se harán realidad. El
vencedor no es así el mira a su alrededor y ve la manera de vencer, siempre
encuentra una manera de sacar adelante sus sueños, al contrario del perdedor
que siempre encontrara excusas para no cumplir sus deseos y sueños.
El sabio Salomón decía, [2] que todo lo que te viniera a la
mano para hacer lo hagas conforme a tus fuerzas, se refiere a las obras
que son posibles para nosotros. Es bueno tener una idea
en el corazón, pero será de mayor utilidad y beneficio que lo llevemos a cabo
con eficiencia en vez de alegrarnos con tener una idea o hablar de hacer alguna
cosa. Un buen trabajo vale muchísimo más que miles de ideas brillantes que
nunca llegan a concretarse. Jamás debemos sentarnos y esperar que nos llegue la
gran oportunidad o que aparezca un trabajo bueno, llamativo o distinto para
hacer. Todos y cada uno de los días debemos hacer las cosas que nos vienen
¨a la mano¨.
La diferencia entre un ganador o un perdedor, es que el
ganador llevar a cabo todos sus planes y
procura dar fruto desde ya, lo hace de
inmediato, no desperdicia su tiempo pensando en que lo haré mañana. El perdedor se pasa toda la
vida diciendo “Si hubiese tenido estudio”, “Si hubiese conseguido un trabajo
bien remunerado”, “Si Dios me hubiese dado otra esposa”, ¿Si si si si ………..? Y la lista
de pretextos para haberse movido siempre en el nivel de estancamiento podría
ser interminable. En nosotros solo en nosotros esta que seamos unos vencedores
o unos perdedores.
[1].- Deuteronomio 7.17
[2].- Eclesiastés 9.10
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