Hace unos días La Policía Nacional intercepto al
juez del Tribunal Constitucional Enrique López conduciendo su moto
sin casco en el paseo de la Castellana de Madrid, y sometido a una prueba de
alcoholemia dio positivo. Deja mucho que desear la conducta exhibida por
nuestros jueces, políticos y personas públicas, con una conducta vergonzosa que ejercen de forma continuada. Ocupando como
ocupan un cargo público, su conducta ha de ser ejemplar y además de serlo han
de parecerlo.
Cómo se atreven a impartir leyes, si son ellos con su ejemplo los
que nos están diciendo con su conducta
no verbal "hagan lo que yo digo pero no lo que yo haga”
En la vida diaria, siempre se ha cotizado mucho a aquellas
personas cuya forma de obrar responde habitualmente a sus convicciones humanas
ampliamente conocidas. Son personas no sólo "de palabra", sino
"de hechos" concordantes con su palabra.
El testimonio de Pablo a los líderes de Éfeso es revelador,
les dice: “Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo,
[1] esto es como si dijera: “Ustedes son los que calificarán mi conducta, pues
mi testimonio está a la vista, y al parecer no encontrarán nada que
reprocharme”. Y si bien es cierto que los falsos apóstoles pusieron en duda su
apostolado, [2], los cristianos con quienes anduvo, tuvieron que
reconocer su entrega y amor por ellos.
Cada cristiano debe tener preocupación por su forma de
actuar en la vida diaria. El Señor Jesús espera que andemos según el ejemplo
que Él nos ha dado. Dijo que el
comportamiento cristiano visto por el mundo sirve para demostrar que somos
discípulos de Él. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”
[3]
Hay una historia en la Biblia, [4] que nos cuenta como los discípulos
llaman la atención de Jesús haciéndole saber de que un hombre echa demonios
(hace milagros) en el nombre de Jesús, pero no les sigue a ellos, no para junto
a ellos. Ante esa situación ellos se lo han prohibido. ¿Por qué este hombre no
les sigue? ¿Cuál es la razón, el es un creyente de Jesús, tiene poder para
hacer milagros, pero no está de acuerdo en la forma como los discípulos llevan
a cabo la misión. Para Jesús es muy importante atender este asunto y da su
respuesta con autoridad: “no se lo prohíban, porque no hay nadie que haga
milagro en mi nombre y que luego hable mal de mí” En otras palabras, él también
es un discípulo mío, un seguidor, aunque no se reúna con ustedes, él no está en
contra de nosotros, sino a favor. La aclaración vale la pena hacerla, porque
¿cómo van a pretender que este hombre, creyente en Jesús, les siga, si ellos
mismos han estado discutiendo en el camino quién ha de ser el mayor entre
ellos?, menudo testimonio estaban dando. [5]
Esta situación es también válida para nosotros los
discípulos de Jesús en estos tiempos. ¿Qué testimonio estamos dando ante los
demás? ¿Qué estamos discutiendo ante los mas “jóvenes” del Señor? Muchas veces no nos damos cuenta de lo que
hacemos; una mala mirada, una palabra mal
sonante, un chisme, una crítica envidiosa, el aprovecharnos de la iglesia para
lograr asuntos personales, mala conducta de cierto líderes y pastores, pleitos
entre los hermanos, etc. Todo esto es un mal testimonio del amor de Dios entre
los creyentes.
Alguien dijo: si los creyentes
queremos que la gente crea en Dios, deberemos presentar más evidencia de que nuestras
vidas han sido realmente cambiadas. Lo que necesitamos hoy son creyentes que
estén dispuestos a vivir, sufrir, sacrificarse y amar por amor a Jesús.
Doy gracias a Dios por las personas que puso en mi camino,
que no solamente me enseñaron amar a
Dios, y amar su palabra, sino que con su
comportamiento me demostraron que Dios era algo más que una religión, me
demostraron algo tan especial con su comportamiento que despertó en mi las “ansias”
de aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador de mi vida.
Las Escrituras dicen que la gente se admiraban de Juan y
Pedro, y les reconocían que habían estado con Jesús” [6]. La frase les
reconocían significa “conocido por una señal distintiva.”
¿Cuál era esta señal que distinguía a Pedro y a Juan? Era
la presencia de Jesús. Ellos tenían la semejanza y Espíritu de Cristo. Una
vida cambiada convence a la gente del poder de Cristo. Uno de sus más grandes
testimonios es la diferencia que otros ven en su vida y acciones desde que
aceptamos a Cristo.
[1].- (Hechos 20.18)
[2].- (2 Corintios 11.12)
[3].- (1 Juan 2.6.)
[4].- (Marcos 9.38-50)
[5].- (Marcos 9.34)
[6].- (Hechos 4.13)
No hay comentarios:
Publicar un comentario