España ha debutado en el Mundial de Brasil, y lo ha hecho de
tal manera que si nos lo cuentan antes nadie se lo hubiese creído. España, con
la estrella de campeona del mundo en el pecho, sufrió una goleada que quedará
para la historia. Holanda le metió cinco, y La Roja entró de lleno en la
historia negra de los Mundiales.
Pero en la vida no siempre se gana, hay veces, muchas en
algunos casos que la derrota y el fracaso forman parte de nuestra vida
cotidiana. Por supuesto que a nadie le gusta perder, pero una vez que se da el
resultado no querido ni deseado, lo más inteligente es aceptar lo sucedido y
preguntarse por los propios errores cometidos.
Muchos de los comentarios, hablados, y escritos describen esta derrota como
humillante, y no es nada malo reconocer que ha sido una derrota humillante, el
equipo se equivoco totalmente y quedaron al descubierto todas sus debilidades y
limitaciones. Estas derrotas, son las más duras, tiene pocos efectos positivos,
además, en ciertos casos pueden dejar unas secuelas permanentes muy negativas.
Como principio de vida no es bueno humillar a nadie, pero el deporte es así, y
lo importante es aprender de lo acontecido, la receta, un poco de autoanálisis y
evaluación, seguir luchando, creer que se puede hacer mejor y tomar buena nota
para el futuro. Así se crece en la vida.
Personalmente he probado el sabor de la derrota al darme
cuenta que áreas de mi vida me eran difíciles de superar, la he probado al
tomar decisiones que creía correctas, he probado la derrota viendo como algunos
planes que he tenido no salieron como lo esperaba, pero aun en medio de todo
eso, siempre he aprendido de todos mis fallos, de mis errores y he aprendido que para la próxima vez, no
volveré a caer en el mismo error.
Me gusta mucho la confianza de Pablo en medio de tantas derrotas:
“Así, aunque llenos de problemas, no nos encontramos sin
salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero
no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen”. [1]
El apóstol Pablo decía que no todo en la vida será victoria
tras victoria, que tendremos problemas, preocupaciones, nos sentiremos
abandonados por nuestros amigos, familiares, pero jamás nos destruirán, jamás
nos rendiremos.
Vivimos en un tiempo demasiado halagador del triunfo o
reconocimiento inmediato, sin embargo, normalmente los grandes triunfos de la
historia se han basado en soportar y aguantar previamente importantes derrotas
y fracasos. Cuando pasemos por momentos de derrotas, no debemos olvidar que
sobre los sinsabores y durezas de la misma, podemos poner los cimientos sólidos
y adecuados para, aprendiendo de los errores, construir un tiempo
considerablemente mejor.
Es posible que España no gane este mundial, y es posible que
sean derrotados una y otra vez, pero nunca eternamente. Puede ser que
pierdan un partido, dos, pero debemos saber que la batalla sigue, no debemos
rendirnos, levantémonos cuantas veces tropecemos e intentándolo una y otra vez.
La victoria es difícil conseguirla sin que antes tuvieran que haber habido
derrotas. Recicla lo bueno de tus derrotas y de ellas crearas nuevas
victorias.
[1].- 2 Corintios 4.8-9
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