Alguien me pregunto que porque leo la Biblia, mi respuesta
fue que en ella encontré el camino que transformo mi vida, leo la Biblia porque me hace más sensibles a
ciertos asuntos que durante mucho tiempo ignore en mi vida, y porque en ella
encuentro la guía perfecta para mi caminar diario.
Leo la Biblia porque durante muchos años asistí a un colegio
de religiosos, donde de alguna forma me presentaron a un Dios irreal, y eso me
izo tener una impresión equivocada de Dios, por eso debemos leer y estudiar la
Biblia porque existe mucha enseñanza falsa. La Biblia nos da la medida mediante
la cual podemos distinguir el verdadero Dios del dios falso.
Leo la Biblia porque
en ella encuentro ejemplos prácticos que me evitara caer en tentaciones
pecaminosas, para que pueda aprender de los errores de otros, en vez de
experimentarlos nosotros mismo. Hay
tantos personajes bíblicos de quiénes aprender, tanto modelos positivos como
negativos, que con frecuencia proceden de la misma persona en diferentes etapas
de su vida. Por ejemplo, David, en su reto al gigante Goliat, nos enseña que
Dios es más grande que cualquier cosa a la que quiera que nos enfrentemos [1].
David, al ceder a la
tentación y cometer adulterio con Betsabé, nos revela el largo alcance y las
terribles consecuencias que puede acarrearnos un “momento de placer” [2].
El conocer la Biblia
nos da una paz y una esperanza real cuando todo a nuestro alrededor parece
desmoronarse [3].
Leo la Biblia porque esta contiene la mente de Dios, el
estado del hombre, el camino de salvación, la condenación de los pecadores y la
felicidad de los creyentes. Sus doctrinas son santas, sus preceptos son
comprometidos, sus historias son verdaderas, y sus decisiones son inmutables. Leemos la Biblia para ser sabio, creemos lo que dice la Biblia
para ser salvo, y practicamos lo que dice la Biblia para ser santo. Contiene
luz para dirigirnos, alimento para sostenernos, y consuelo para alentarlo. Es
el mapa del viajero, la brújula del piloto, la espada del soldado, y el
itinerario del cristiano.
[1].- 1 Samuel 17
[2].- 2 Samuel 11
[3].- Romanos 15.4;
Salmo 112. 7
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