Usar lo cotidiano para llegar a lo espiritual

En estos días me he encontrado mucha gente discutir por cosas tan vanas que muchas veces piensas que no merece la pena ni tan siquiera oír. La gente discute por el futbol, es mejor, el Real Madrid, no es mejor el Barsa, o por la política, mejor la derecha que la izquierda. Yo personalmente tengo mi manera personal de afrontar estas discusiones, y así no entro en disputas, me hago del Barsa con los del Barsa, me hago del Madrid con los del Madrid, me hago de izquierda con los de izquierda, etc, etc. ¿Quizás sea un poco hipócrita?

No, porque con mi actitud no pretendo fingir, ocultar lo real o aparentar lo que quiero que se mantenga oculto, lo único que pretendo es llegar a los demás y establecer una verdadera conversación.

Todo esto es justo lo que hacía el apóstol Pablo. En su propósito de llegar con el evangelio de Jesucristo a las personas de diversas culturas y concepciones religiosas, lograba “ponerse en su lugar” para comprenderles.

El apóstol escribe: “Aunque soy libre y no pertenezco a ningún hombre, me he hecho esclavo de todos para poder ayudar a salvar al mayor número posible de gente. Entre judíos, me he comportado como judío para ayudar a salvarlos. Entre los que viven bajo la Ley, me comporté como uno de sus seguidores, para ayudar a salvarlos. Es decir, me he hecho todo para todos para que, de todos modos, pueda ayudar a salvar a algunos“” (1 Corintios 9).

Tenía una disposición abierta, no para contender por asuntos religiosos sino para comprender de qué manera pensaban y así podía expresarles en términos y en circunstancias que entendieran, lo que significaba la obra de Salvación del Señor Jesús en la cruz.

No quiere nada tiene que ver con rebajar el contenido doctrinal del evangelio, o aguarlo un poco, y a veces mucho, para que el incrédulo no tenga problemas al oírlos.

Mi intención es esta, comprender a los demás, personas que no piensas ni actúan como yo, con un solo propósito, compartirles el evangelio del Señor Jesús, utilizar lo cotidiano para llevarles a lo espiritual. Tenemos que estar dispuestos a ir tan lejos como fuese necesario a fin de entrar en el mundo de otros y conducirlos a la salvación.