30 marzo 2009

Dame un nuevo corazón


Hacemos todo lo que podemos para mantener nuestra apariencia exterior atractiva, ejercicios, nos vestimos, nos arreglamos, etc., para aparentar algo que en realidad no somos. Hay un refrán que dice que las apariencias engañan. Estoy muy de acuerdo con esto. Cuantas veces vemos a una persona físicamente perfecta y pensamos que es lo mejor del mundo, pero cuando la conocemos un poco más profundamente nos damos cuenta que interiormente deja mucho que desear.
Pero lo que está en nuestro corazón es mucho más importante. Lo que seamos por dentro (lo que otros no pueden ver) importa más a Dios. ¿Cómo somos por dentro? Cuando las personas se convierten a Dios cambian, y no de ropa ni de peinado, si no en su interior y eso la hace diferente. El Señor te ayudará a que cambien si se lo pides. Dios quiere que procuremos pensamientos y motivaciones sanas, no sólo buena alimentación y ejercicios.

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