He estado en una librería comprando unos libros para regalo, y como siempre me gusta echar un rato observando los libros, me ha llamado la atención uno titulado ¿Dónde está Dios?, El problema del sufrimiento humano, escrito por Bart.D.Ehrman, y leo textualmente el resumen “cómo es posible que Dios omnisciente y bondadoso permita las guerras, las enfermedades, los desastres naturales, los abusos, el dolor y la muerte. Si Dios no es responsable de estas desgracias, ¿Quién lo es? Solemos acudir a la Biblia cuando no encontramos repuestas a nuestras preguntas, sin embargo los textos sagrados no nos proporciona una sola explicación. En este libro dice el autor que al desentrañar las contradicciones le hizo perder la fe”.Esta muy en voga en la actualidad decir que la Biblia está llena de contradicciones, y que no es necesariamente la palabra de Dios. Pero cuando estudiamos la Biblia nos encontramos ante un dilema, ¿Cómo distinguir lo verdadero de lo falso? Es sencillamente una cuestión personal. No cabe duda alguna de que habrá ciertos pasajes de la Biblia que no podamos comprender y otros que nos podrán parecer chocantes, pero el problema no se encuentra en la Biblia, sino en nosotros mismos, la Biblia dice que es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir…. Tiene como fin enseñarnos a nosotros y corregirnos, el niño no asiste al colegio con el propósito de criticar al profesor, sino para aprender.La palabra de Dios no es difícil de entender para la persona que está buscando la verdad. Dios en su inmenso amor, ha dado a su Hijo para salvarnos, no privaría a nadie de su reino mediante un relato que resultarse contradictorio e incomprensible, sino que envía a Su Espíritu con el propósito de abril los ojos a todo aquel que busque la luz tal y como es, y que esté dispuesto venir a Dios aceptando sus condiciones, El nos asegura que conforme a sus promesas “el que busque hallara” (Mateo 7.7)
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