Cristianos perseguidos

Estábamos sentados observando el movimiento de personas alrededor de la plaza, jóvenes y no tan jóvenes haciendo botellón, top-mantas, adolescentes jugando y molestando a los transeúntes, pero en medio de este pequeño mundo descubrimos a un grupo de personas que estaban hablando y tramando algo, ese grupo de personas era diferente a todos aquellos otros, pues parecían felices, estaban gozosos, al rato de observarles nos dimos cuenta eran un grupo de cristianos y lo que estaban tramando eran testificar y alabar a Jesucristo. La recompensa que encuentra es desprecio por parte de las personas que pasan por su lado, risas, y burlas, pero a ellos no les preocupa, ellos saben lo que hacen, y no les importa que la gente se ría de ellos.
Afortunadamente esto no es nada comparado con lo que pasan otros grupos de cristianos por predicar el evangelio en Afganistán, China, India y Turquía. Pero unos y otros saben que la fe en aquel que fue vencedor en la Cruz, es la que ha vencido al mundo. Nada puede abatir a un creyente que conoce a Jesucristo como el hijo de Dios.
El Señor no nos prometió una vida sin dificultad al que confía en El pero su presencia colma el vacio y satisface la necesidad de cada ser humano de no sentirse solo.
Ese gozo y esa paz se manifiestan en los cristianos desprovistos de seguridad en todas partes del mundo, pues ellos solo buscan su fidelidad a Jesucristo.
Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo, (Juan 16.33)