He estado leyendo un artículo sobre el futuro de la iglesia
cristiana. Entre otras muchas cosas decía que la asistencia a la iglesia está
en declive, y debido a esto algunos pastores están buscando formas de mantener
la asistencia en un nuevo contexto cultural. Una de estas nuevas iglesias evangélica
es, VOUS en Miami y saltó a la fama después de haber casado a las celebridades
Kim Kardashian y Kanye West. En lugar de reunirse en templos convencionales,
los seguidores de estas iglesias lo hacen en teatros, auditorios e incluso
bares en los vecindarios de moda en ciudades como Nueva York, Los Ángeles y San
Francisco. Por esas características se han ganado el calificativo de iglesias
"hipster" o "trendy" (a la moda).
Otra de estas “Nuevas congregaciones” es la antigua iglesia
episcopal en Knoxville que ahora usan su santuario para yoga, ejercicios de
respiración y otras formas alternativas de espiritualidad. “El hecho de que
dejes la religión organizada no significa que el hambre de conectarte con lo
divino vaya a cesar”, dice la pastora de esta novedosa iglesia.
Pero no hay que irse muy lejos para ver esta realidad, aquí en
España concretamente en Madrid hay muchas iglesia que están cambiando la
iglesia tradicional por esas iglesia súper-modernas, donde abundan los juegos
de luces, la oscuridad, los humos de colores, los súper- grupos de “Alabanza” y
así una serie de elementos que buscan el crecimiento de la iglesia.
Podemos poner el grito en el cielo, pero hoy pasa mucho. Hay
muchos cristianos que están tentados a dejar una iglesia fiel por una
emocionante, una iglesia que hace las cosas a la manera de Dios por una que
hace las cosas de una manera fresca o novedosa? Cada vez más líderes se siente
tentado a cambiar la forma en que hace la iglesia, no porque se haya dado
cuenta de que es infiel a las Escrituras, sino porque ya no parece involucrar a
las personas que asisten.
Si, de hecho es cierto que la asistencia a la iglesia está
disminuyendo, pero nuestra tarea clave no es cambiar lo que hacemos para
recuperar a los asistentes. Nuestra tarea clave no es encuestar a las personas
para averiguar qué se necesitará para que regresen. Nuestra tarea clave es
escudriñar las Escrituras para ver lo que Dios nos dice que una iglesia debe
ser y debe hacer. Descubriremos que él no está en silencio. Descubriremos que
él prescribe cómo debemos adorarlo. Descubriremos que debemos permanecer fieles
a él ya sea que la iglesia se llene o se vacíe, ya sea que la congregación
explote en crecimiento o permanezca estática (o incluso disminuya).
La razón por la que sus iglesias se están desmoronando es,
en última instancia, porque se ha perdido la confianza en la Palabra, en su
guía, en su mensaje central. El camino a casa no es deambular más lejos, sino
siempre regresar, volver a hacer lo que Dios dice, a hacer lo que Dios aclara.
De cómo me gustaría a mí que fuese la iglesia es
completamente irrelevante, completamente sin sentido, completamente
intrascendente. Todo lo que importa es lo que Dios quiere. ¡Después de todo, Él
es quien nos creó y quien creó la iglesia! Seguramente entonces podemos confiar
en su propósito y en su diseño. Ya sea que estemos tentados a dejar una iglesia
por otra por una mera cuestión de preferencia, ya sea que estemos tentados a
eliminar un elemento de nuestro servicio de adoración porque ya no resuena con
la gente, ya sea que estemos tentados a probar algo nuevo y novedoso, debemos
acudir siempre primero a la Palabra, primero a aquel que sabe exactamente lo
que necesitamos. Él nos guiará, nos ayudará a adorar de la manera
que le agrade y que satisfaga nuestras almas hambrientas.
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