Tengo un buen hermano en la fe y gran amigo, que ilustra con
su día a día muy bien la parábola de la oveja perdida. Cada mañana sale de su casa
temprano y va en buscar del chico o chica descarriado. Este hombre tiene una
preocupación muy especial por aquellas personas que la sociedad margina y deja
de lado por considerarlas menos importantes que otras. Estas personas están
viviendo mal, tristes, solas y rechazadas, pero este hombre las busca y cuando
las encuentra, él se regocija con mucha alegría. Esta búsqueda nos muestra cómo
Dios nos ama y Él mismo se ocupa de buscarnos con compasión para que cambiemos
nuestro estilo de vida y nos volvamos a Él.
Esta pequeña introducción nos recuerda la parábola de la
oveja perdida que nos muestra que somos muy valiosos para Dios, nadie busca lo
que no tiene valor y si el Señor nos busca es que somos muy valiosos. ¿Qué hizo
la oveja para que el pastor la buscara? No era la mejor oveja, ni la más gorda,
ni la más valiosa. Solamente estaba perdida. Jesucristo, el Buen Pastor, nos
busca cuando estamos perdidos.
¿Qué opinas? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas
se ha descarriado, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de
la descarriada? Y si la encuentra, de cierto os digo que se alegra más por ella
que por las noventa y nueve que nunca se extraviaron. Así que no es la voluntad de mi Padre que está
en los cielos que se pierda uno de estos pequeños. (Mateo 18: 12-14 ESV)
En contexto, las ovejas que se extraviaron en Mateo 18 se
extraviaron debido al pecado. Todos hemos visto que eso suceda; tal vez en
algún momento nos pasó a nosotros. Los cristianos pueden encontrar el pecado
tan atractivo y quedar tan atrapados en él que se desvían de la familia de la
iglesia. Al principio, es posible que se sientan libres: ¡pueden hacer lo que
quieran! Sin embargo, la persona en esta posición no tiene idea del problema en
el que se encuentra. El pecado se enreda tan fácilmente que perdemos nuestra
pasión por Dios y su pueblo, y necesitamos ayuda.
Esos hombres y mujeres probablemente pensarían que era una
gran aventura cuando se alejaron de su rebaño. Sin embargo, al cabo de un
tiempo, quedo demostrado que esa libertad que anhelaban era un problema enorme.
Sin nadie que les cuide, que les proteja o les animara, estaban al borde de la
muerte. Pero menos mal que todavía hay “pastores” que les importa más la oveja
pérdida que las 99 que están en el redil, sencillamente por eso porque están en
el redil.
La Parábola de la oveja pérdida, deja una gran enseñanza
sobre el gran amor que Jesús Nuestro Señor nos tiene. Él siempre está dispuesto
a ir a nuestro encuentro, de ningún modo nos deja solos, es un Padre amigo y
cercano que tiene la disposición a dejarlo todo para ir a buscarnos como un
gran acompañante de camino.
Jesús a través de la Parábola la Oveja Pérdida, nos hace
estar constantemente atentos a ayudar al más necesitado y sobre todo a
perdonar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario