11 diciembre 2020

Mis razones para celebrar la Navidad

Llega diciembre e Internet de llena de mensajes que hablan de la navidad. Que, ¡Si no es de cristianos celebrarla!, ¡que si en la Biblia no habla nada de la navidad!, ¡que es una fiesta pagana!, y así infinidad de mensajes. Perdonar por mi insistencia pero un año mas, yo también me voy apuntar a la ola de comentarios sobre la navidad, con el inconveniente para algunos que yo he encontrado tres razones Bíblicas para celebrar la navidad.


En la Biblia encontramos mandatos y principios bíblicos. Como creyentes, seguimos ambas cosas. Por supuesto, es más sencillo seguir los mandatos, ya que son explícitos. Con los principios es un poco más complicado, ya que en algunas ocasiones los encontramos de manera indirecta. Existe un buen número de versículos bíblicos que nos exhortan a seguir los ejemplos que encontramos en las Escrituras (1 Corintios 10.6, 11).

Por supuesto que no encontramos un mandato bíblico explícito para celebrar la Navidad. ¿Eso quiere decir que es antibíblico? ¿O habrá algunos principios bíblicos para celebrarla? Si leemos detalladamente la Palabra de Dios descubriremos que sí, que hay algunos principios que nos sugieren que no existe ningún problema para celebrar la navidad.

El primero que vemos lo tenemos en el ejemplo de los ángeles. Me sorprende cuando algunos dicen que la Biblia no da ejemplo de celebrar el nacimiento de Cristo. Los ángeles mismos lo celebraron con un canto: “Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres” (Lucas 2.14). Una de las formas en la que regularmente celebramos un evento es cantando. ¿Es la encarnación un evento digno de celebrarse? Por supuesto que sí. Cuando Jesucristo nació, el cielo festejó. Los ángeles lo hicieron con un canto, y siendo que los ángeles son mensajeros de Dios, y que solamente hacen lo que Dios les manda, podemos inferir que Dios también celebró el nacimiento de su Hijo. La Palabra nos manda celebrar las obras de Dios (Isaías 12.4). Por cierto, ¿Cuál fue la reacción de los pastores al ver a Jesús? Lo celebraron. “Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho” (Lucas 2.20). Como podemos observar en el libro de 2 crónicas 30.21 celebrar y glorificar no son cosas opuestas.

El segundo principio lo podemos ver en los magos que llegaron tiempo después del nacimiento de Jesús, postrándose en adoración, indicando que reconocen a Jesús como Rey, y le ofrecen tres presentes: oro, incienso, y mirra. Seguro que algunos pueden objetar, “Los magos vinieron a adorar, no a celebrar”. Sin embargo, celebrar y adorar no son dos conceptos opuestos. “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14.16). Este no es el único ejemplo. En las siete fiestas judías, adorar y celebrar eran dos cosas que se hacían juntas. Entonces, por lo menos en las fiestas bíblicas, la adoración se hacía en el contexto de celebración.

Así como los magos, los creyentes debemos celebrar la Navidad como un tiempo de adoración. Eso sí, si no hay adoración en nuestra celebración, nuestro festejo es hueco y si me permites decirlo, mundano.

Y por último tenemos el ejemplo de Jesucristo. Seguro que más de una vez hemos escuchado la siguiente objeción: “No debemos celebrar la Navidad, ya que la Biblia no manda su celebración”. Sin embargo, en el evangelio de Juan vemos que Jesucristo mismo celebró una fiesta que no era mandada en las Escrituras. Leemos lo siguiente: “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.” (Juan 10.22-23). ¿Qué hacía Jesús en el templo? Celebrando, por supuesto. Se celebraba la fiesta de la dedicación, la cual “no estaba autorizada por las Escrituras Hebreas; era una institución relativamente reciente”. La fiesta de la dedicación era celebrada por los judíos ya que era algo digno de celebrarse. Jesucristo, siendo judío, la celebró.

Entonces encontramos este principio: que la Biblia admite (por el ejemplo de Jesucristo mismo) el derecho a celebrar algo digno de celebrarse. ¿Es la encarnación y el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo algo digno de ser celebrado?

Personalmente celebro la navidad todos los días de mi vida. No sólo una vez al año. Pero si el mundo, una vez al año quiere acordarse de ese milagro y celebrarlo que lo haga. Y yo me sumaré a esa celebración. Aunque eso sí, yo lo haré con un más profundo conocimiento de lo que estoy haciendo. Bendiciones Y Feliz Navidad.

 

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