Dios no me habla, es una frase que he escuchado más de una
vez, y que muchas veces esperamos que Dios nos hable con una voz audible. Pasamos
horas a solas y en silencio, esperando que Dios nos hable personalmente y Dios
no nos habla.
Yo no tengo que esperar, él me habla cada día y sobre muchas
cosas. Él me habla sobre las decisiones que tengo que tomar, sobre cómo puedo
crecer en él, sobre mi matrimonio, mi familia y mi trabajo.
Vivo unos días de cierta incertidumbre por diferentes
situaciones, y en esos momentos cuesta mucho tomar decisiones, no sabes a donde
ir, que hacer. Y en ese momento, Dios me habló
“Confía en el Señor, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de
la verdad. Deléitate asimismo en El, Y él te concederá las peticiones de tu
corazón. Encomienda al Señor tu camino, Y
confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio
ante el Señor, y espera en él”.
Me dijo que confiara en El, que me deleitara, (gozarme en su
presencia), que debo encomendar mi camino a Él, confiarle todo al Señor: vida,
familia, y trabajo, para su control y dirección. Encomendarnos al Señor
significa confiar y creer que El cuidará de nosotros mejor de lo que nosotros
pudiéramos hacerlo. No necesariamente significa que los próximos días o años
serán fácil, pero cuando Dios es mi deleite, y me encomiendo a El sé que me
dará la fuerza y sabiduría necesarias para enfrentar todas esas situaciones difíciles
que nos vengan.
Ahora te hago una pregunta; ¿Te gustaría escuchar a Dios de
esta misma manera? ¿Te gustaría escucharle de una forma real y personal? Si eso
es lo que estás buscando, te puedo contar mi secreto.
Solo tienes que
seguir tres pasos muy sencillos:
Abre la Biblia.
Lee la Biblia.
Medita en la Biblia.
Ese es el gran secreto.
Muchas veces hable leído el Salmo 37, es un Salmo que
siempre me ha llamado la atención, cuantas veces lo habremos compartido, pero
no fue hasta que estaba atravesando esa situación cuando saltaron esas palabras
de la Biblia a mi corazón.
Dios nos habla de otras muchas maneras, pero quiero recalcar
lo importante y sencillo que es escuchar
cada día la voz del Señor a través de las Sagradas Escrituras. Lo único que
tienes que hacer es abrir la Biblia,
leerla, y meditar en ella.
Siempre edificantes tus reflexiones.
ResponderEliminarGracias Esteban, Dios siga bendiciéndote y a nosotros por medio de ti.
Un abrazo para ti y tu hermosa familia.