Nunca lo olvidare, y aunque ya hace 25 años lo tengo presente como si fuera hoy
mismo. Entraba por aquella puerta, abatido, agobiado, cansado, lleno de
problemas y aquella escena me llamo mucho la atención, un grupo de jóvenes toxicómanos
leyendo la Biblia. Mi primer pensamiento no fue muy acertado, ¿Dónde me había
metido? ¿Qué podrían sacar de provecho un grupo de toxicómanos leyendo la
Biblia?
Con el tiempo y sin que nadie me obligase, empecé a leer la
Biblia, y poco a poco me fue llamando la atención aquellas historias, de pedid
y se os dará, de honrar a tus Padres, de amar a tu prójimo, de perdonar.
Recuerdo mi primera experiencia con la palabra de Dios. Al
ingreso en esta Comunidad Cristiana no fui muy sincero respecto a ciertos
asuntos, y una mañana abrí la Biblia y me encontré con un versiculo que decía: “Todo lo que está escondido se descubrirá. Todo secreto se llegará a
conocer y saldrá a la luz”. (Lucas 8.17)
Aquello retumbó en mi corazón. Mi intención era esconder la verdad, y me negaba a afrontarla;
aunque trate de eliminarla; puede que hasta intentara borrarla, a no aceptarla, pero la Palabra de Dios me
estaba diciendo que al final siempre la verdad prevalece. No espere más tiempo,
llame a los responsables y les conté todo lo que había omitido respecto a mi
vida, había entendido que tarde o temprano toda la verdad saldría a la luz.
¿Qué me estaba pasando? ¿La lectura de la Biblia me estaba
dando unas pautas en mi vida ignoradas u olvidadas?
Con el tiempo entendí que Dios nos dio la Biblia para
transformarnos, no solamente para informarnos. La Biblia nos debería dar un
gran corazón, no una gran cabeza. En otras palabras, Dios quiere que a través de la lectura de la Biblia nuestras
creencias se conviertan en nuestro comportamiento.
El propósito de la Biblia es mucho más que sólo mostrarnos
lo que está mal en nuestras vidas o como deberíamos vivir. Dios nos dio su
Palabra para trasformar radicalmente nuestras vidas. La Biblia se describe a sí
misma, de diferentes maneras. Por ejemplo, se llama un martillo, (Jeremías
23.29) una espada (Hebreos 4.12) y un bisturí, estas son herramientas diseñadas
para hacer cambios radicales. Dios pretende que la Biblia cambie dramáticamente
nuestras vidas.
La Biblia también describe la verdad de Dios como leche,
agua, pan, y carne. ¿Qué tienen en común todas estas cosas? Si no comes o bebes
regularmente, morirás. No fuimos destinados para vivir sin la Biblia.
En otras palabras la Biblia es una lámpara que alumbro y va
alumbrando mi camino día a día y aunque las circunstancias adversas oscurecen muchas
veces nuestro andar diario y no vemos por dónde seguir, es allí donde
necesitamos alumbrar los senderos de nuestra vida con la Biblia.
No importa que tan oscuro esté tu camino, no importa qué tan negro sea el panorama en tu vida, la Biblia siempre tiene la capacidad de mostrarte el camino.
No importa que tan oscuro esté tu camino, no importa qué tan negro sea el panorama en tu vida, la Biblia siempre tiene la capacidad de mostrarte el camino.
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