25 enero 2015

Cada uno dé como propuso en su corazón

Últimamente  escucho con bastante frecuencia en emisoras cristianas tanto radiales como televisivas llamados como estos: “Las promesas de Dios ya están listas para heredarlas, solo hay que hacer un pacto con el Señor y dar tu diezmo u ofrenda en el ministerio y toda la bendición de Dios va ser desatada en tu vida…”Quizás te sorprenda escuchar todo esto, aunque verdaderamente no sé quién me sorprende más,  si los que predican todas estas cosas o los que van y ofrendan creyendo que a Dios se lo puede sobornar.

Hay pastores que curiosamente en  todas sus predicaciones y enseñanzas aparece directa o indirectamente la palabra dinero, incluso enseñan de un tema que nada tiene que ver con el dinero y terminan, solicitando que hay que dar dinero en el mismo tema.  
Jesucristo cuando nos dio la gran comisión no nos dijo id por todo el mundo y pidan dinero a toda criatura, nos dijo id y prediquen el Evangelio. Entonces porque hoy el tema principal de  muchas iglesias es el dinero, el argumento es que hay que predicar y sin dinero no se puede hacer. Y yo me pregunto ¿sin dinero no se puede predicar?, cuánto dinero necesitamos  para trasmitir el Evangelio, a tu compañero de estudio de trabajo, al vecino, al familiar, al que va sentado en el bus a tu lado, al que visita la iglesia, al que te encuentras en la calle, si cada uno cumpliéramos el mandato de predicar no necesitaríamos ni un solo euro, porque para trasmitir el evangelio no necesitamos emisoras de radio, ni de televisión mi  irnos de viaje para otro lugar, donde ya hay cristianos que pueden hacer su labor de enseñanza y nosotros podemos predicar allí donde residamos, en nuestro barrio, en nuestra ciudad, en nuestra comunidad, en nuestro trabajo, o pararte en un parque o calle de tu barrio para esto  no necesitamos dinero sino tener ganas de cumplir la gran Comisión.

Yo no digo ni mucho menos que no ofrendemos, los cristianos deberíamos ser los primeros en ofrendar generosamente, con amor, y voluntariamente, deberíamos ser los primeros en cuidar a los desprotegidos, proveer comida y ropa a los más necesitados, y suplir los gastos de nuestra iglesia. Y para esto si necesitamos dinero para ayudar a los que están en necesidad. Pero esto no significa que debemos manipular a la gente para obtener dinero con el argumento de que todo el mundo tiene que oír el mensaje de salvación.

La biblia  nos enseña que hay que dar y hay que dar generosamente, según hallamos prosperado, y como propongamos en nuestro corazón, [1] no como propongan  los que piden que demos dinero. Cuando leemos algún texto de la biblia son para aplicárnoslo a nosotros mismos, para que nosotros que estamos leyendo ofrendemos, no son para aplicárselo a los demás, para que los demás den, tú quieres que haya dinero para la obra de Dios, da tú, pero no trates de convencer a otros de que den, porque eso es querer manipular. Lo que podemos hacer es orar para que Dios toque el corazón de esa persona, porque  Dios es quien convence, y El que pone el querer como el hacer en nuestros corazones. [2]

[1].- 2 corintios 9.7
[2].- Filipenses 2.13


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