Últimamente escucho con bastante frecuencia en emisoras
cristianas tanto radiales como televisivas llamados como estos: “Las promesas
de Dios ya están listas para heredarlas, solo hay que hacer un pacto con el
Señor y dar tu diezmo u ofrenda en el ministerio y toda la bendición de Dios va
ser desatada en tu vida…”Quizás te sorprenda escuchar todo esto, aunque verdaderamente
no sé quién me sorprende más, si los que
predican todas estas cosas o los que van y ofrendan creyendo que a Dios se lo
puede sobornar.
Hay pastores que curiosamente en todas sus predicaciones y enseñanzas aparece
directa o indirectamente la palabra dinero, incluso enseñan de un tema que nada
tiene que ver con el dinero y terminan, solicitando que hay que dar dinero en
el mismo tema.
Jesucristo cuando nos dio la gran comisión no nos dijo id
por todo el mundo y pidan dinero a toda criatura, nos dijo id y prediquen el Evangelio.
Entonces porque hoy el tema principal de muchas iglesias es el dinero, el argumento es
que hay que predicar y sin dinero no se puede hacer. Y yo me pregunto ¿sin
dinero no se puede predicar?, cuánto dinero necesitamos para trasmitir el Evangelio, a tu compañero de
estudio de trabajo, al vecino, al familiar, al que va sentado en el bus a tu
lado, al que visita la iglesia, al que te encuentras en la calle, si cada uno
cumpliéramos el mandato de predicar no necesitaríamos ni un solo euro, porque para
trasmitir el evangelio no necesitamos emisoras de radio, ni de televisión mi irnos de viaje para otro lugar, donde ya hay cristianos
que pueden hacer su labor de enseñanza y nosotros podemos predicar allí donde
residamos, en nuestro barrio, en nuestra ciudad, en nuestra comunidad, en nuestro
trabajo, o pararte en un parque o calle de tu barrio para esto no necesitamos dinero sino tener ganas de
cumplir la gran Comisión.
Yo no digo ni mucho menos que no ofrendemos, los cristianos
deberíamos ser los primeros en ofrendar generosamente, con amor, y
voluntariamente, deberíamos ser los primeros en cuidar a los desprotegidos,
proveer comida y ropa a los más necesitados, y suplir los gastos de nuestra
iglesia. Y para esto si necesitamos dinero para ayudar a los que están en
necesidad. Pero esto no significa que debemos manipular a la gente para obtener
dinero con el argumento de que todo el mundo tiene que oír el mensaje de
salvación.
La biblia nos enseña que hay que dar y hay que dar
generosamente, según hallamos prosperado, y como propongamos en nuestro
corazón, [1] no como propongan los que
piden que demos dinero. Cuando leemos algún texto de la biblia son para
aplicárnoslo a nosotros mismos, para que nosotros que estamos leyendo ofrendemos,
no son para aplicárselo a los demás, para que los demás den, tú quieres que
haya dinero para la obra de Dios, da tú, pero no trates de convencer a otros de
que den, porque eso es querer manipular. Lo que podemos hacer es orar para que
Dios toque el corazón de esa persona, porque Dios es quien convence, y El que pone el
querer como el hacer en nuestros corazones. [2]
[1].- 2 corintios 9.7
[2].- Filipenses 2.13
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