Este último domingo
nuestro pastor compartía acerca de una curiosa invitación que le hicieron un grupo de jóvenes a una reunión donde iba a
celebrarse un culto a un extraño personaje, lejos de amedrentarse les dijo que
por supuesto, que asistiría, si luego ellos asistían al culto de su iglesia.
Muchas veces
nos echamos las manos a la cabeza cuando nos enteramos que hermanos visitan ciertos sitios no
aconsejables para cristianos porque podemos caer en sus tentáculos y es mejor
prevenir, pero mi pregunta es ¿entonces
si no entramos en esos sitios, quienes les van a predicar el evangelio?
No tenemos
por qué temer al mal, más bien el mal no tiene que temer a nosotros, porque
no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio, por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de
mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el
poder de Dios” compartía Pablo al hermano Timoteo. Si tenemos espíritu de
temor, esto no proviene de Dios, porque Dios nos ha dado espíritu de poder.
En el antiguo testamento el poder del mal era mucho. Sin una
cosa santificada tocaba algo inmundo, lo santo se hacía inmundo. Si tocaba a un
leproso, a un muerto o a un animal que no estuviera en la lista de los aceptados,
te contaminabas y tenías que cumplir con ciertos ritos para ser bien visto por
Dios y por la sociedad.
Sin embargo, en el nuevo testamento todo cambio, la victoria
que consiguió Jesús en la Cruz es total, ahora tocamos a un leproso y es
probable que se sane, incluso existe la posibilidad de resucitar a un muerto, y comer de todos los alimentos, ya
que Jesús hizo todos los alimentos limpios.
Decía el Pastor que cuando entro en la sala donde se iba a
celebrar la reunión dijo “ha llegado la luz”, ahora, si nosotros nos vemos
débiles, lo seremos, y si tememos ser contagiosos, nos preocuparemos mas de
protegernos, que de aplicar otros principios mayores como ser “luz y sal” del
mundo, ser amigos de pecadores, tenemos que estar en el mundo, sin ser de este
mundo, sanar enfermedades y predicar el evangelio de las buenas noticias de
Jesucristo.
La historia termina es que al final el pastor predico sobre
la sangre preciosa que derramo Jesús en la cruz. El
derramamiento de la sangre de Jesucristo sobre la cruz, fue el factor que hizo
posible que nosotros recibiéramos el perdón de nuestros pecados y la aceptación
en la presencia de Dios, el
resultado, el grupo de jóvenes convertidos, y el líder hoy en día pastorea una
iglesia cristiana en si ciudad natal.
Dice la palabra de Dios, que las puertas del Hades no nos atacaran, somos nosotros
quien las atacamos y no nos pueden resistir.
Levantémonos y tómenos nuestro lugar, somos hijos del
Altísimo y todo esta previsto para mi victoria personal y mi ministerio en el
mundo.
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