La Biblia para los cristianos es la afirmación de poseer por escrito la
autoridad suprema, absoluta y
suficiente de Dios. La Biblia es
importantísima para que el cristiano
crezca en la gracia y conocimiento
de Cristo Jesús. Los principios,
normas y reglamentos, por medio de
los cuales el
cristiano debe dejarse
gobernar en todo aspecto de
su vida, se encuentran
en las páginas
de la Biblia. Partiendo de esta base la Biblia es
nuestra guía, creemos y hacemos lo que aprendemos en su lectura.
Todo esto viene a
cuenta por el “problema” provocado por el último libro del Papa, “La Infancia
de Jesús”. Benedicto XVI recuerda que no había animales en el pesebre en el
momento del nacimiento de Jesús, según consta en los evangelios de Lucas y
Mateo.
El papa no ha descubierto nada nuevo, el que haya estudiado la
Biblia, lo sabrá de sobra, por lo tanto no dice nada que no hayan dicho primero
los evangelios. San Mateo es extremadamente parco. Hablando de la visita de los
Magos dice: “Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y
cayendo de rodillas lo adoraron.” (Mateo
2.11). San Lucas no se extiende mucho más: “dio a luz a su hijo primogénito. Lo
envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
albergue” (Lucas 2.7).
Algo que tenemos que tener en cuenta es que tenemos que saber distinguir entre la verdad histórica de
un acontecimiento y la tradición creada en torno a ella.
¿Cómo entonces se llegó a representar el pesebre como
un establo, incluirle la mula y el buey,
tal como aparece en el arte cristiano y en nuestros pesebres
populares?
No se sabe con
seguridad de donde viene esta costumbre pero según distintas fuentes, la
primera representación del Belén vino de mano de San Francisco de Asís a
principios del siglo XIII d.C. en Italia. Este santo se dice que construyó un
portal con madera y paja, con mula y buey incluidos, donde participaron los
vecinos de la localidad italiana de Greccio, para representar algunas de las
escenas relacionadas con el nacimiento del Mesías. Esta ceremonia, se difundió
por toda Europa, hasta nuestros días, como una tradición.
No obstante, nada hay de malo en que una idea, una
convicción, se revista de elementos imaginativos, como es el caso del buey y de
la mula.
Quedarse en la anécdota sería superficial. Pero todo apunta
a pensar que esa superficialidad no es del todo inocente. Tal vez molesta
demasiado que Dios se haya acercado tanto a nosotros.
Esta Navidad la tradición seguirá ya que Benedicto XVI solo
nos recuerda lo que dice el relato de los evangelios pero en ningún momento nos
ha querido decir que hay que retirar las figuras.
Ahora para terminar una pequeña reflexión en voz alta,
posiblemente, y puesto que el libro se ha puesto a la venta, los editores
papales, que son unos linces, saben muy bien que una campaña de publicidad
polémica asegura las ventas tanto a creyentes que querrán saber a qué
atenerse en sus belenes navideños, como a ateos convencidos que desearan
enterarse de la última del pontífice. Así que creo que ellos mismos, han
sido los que han pasado la nota de prensa de la presentación del libro
resaltando este asunto de la mula y el buey.
La Navidad no es una
discusión entre si tiene que haber animales o no en el portal de Belem, sino la
respuesta de Dios al drama de la humanidad que busca la paz verdadera.
todo ha sido una tradicion loque el papa a descuvierto segun el no es algo nuevo pero al dar una nota como esta viene a seguir dividiendo la religion catolica y todo apunta ala divicion todo por publicar libros y que la gente se enloquesca a comprarlo y entorpeserse
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