Londres-2012

 Ha empezado los JJOO de Londres, admiraremos las impresionantes hazañas de los atletas que compiten. Aunque sólo unos pocos alcanzará la victoria, la ansiada medalla de oro. Nosotros no llegaremos a tal nivel, pero podemos estar físicamente activos en unos niveles modestos, lo que traería beneficios de salud sustanciales”.

Según unos estudios realizados últimamente, la inactividad física provoca una de cada 10 muertes a nivel mundial, que la ponen a la par de los peligros de fumar y de la obesidad.

Hay razones importantes por las cuales las personas cuidamos con mucha atención y esmero algunas cosas. Entre algunas razones podemos mencionar: el valor o el aprecio que le damos a algo, o el fin con que fue diseñado algún objeto. Esto mismo se aplica a nosotros como personas; nuestra vida puede ser cuidada o descuidada de acuerdo al valor que le demos, y nuestra salud es algo muy importante.

Por este motivo debemos cuidar nuestro cuerpo; cuidar la alimentación, practicar de forma regular deporte, abandonar hábitos perjudiciales (tabaco, alcohol.) y disponer de tiempo libre para uno mismo son algunos de los propósitos que debemos plantearnos para una calidad de vida mejor.

Por supuesto como cristianos, no podemos ser descuidados con nuestro cuerpo. Debemos entender que tenemos un precioso destino y propósito; fuimos creados para ser morada de Dios; para ser su templo. Y debemos valorar nuestra vida en todo sentido, en razón de lo que realmente es; de acuerdo al plan de Dios, ( 1 Corintios 6.19)

El pasaje nos enseña que el cuerpo es templo de Dios y que no es nuestro sino de Dios. No podemos ignorar que vivimos en el templo de Dios, Aprendamos a cuidar la casa de Dios, nuestros cuerpos, y enseñemos a nuestra esposa e hijos a cuidarlo también, cuidemos del mismo a través del descanso suficiente, la alimentación saludable y el ejercicio. Evitemos todo contaminante del cuerpo como el cigarrillo, el alcohol y las drogas.

Resumiendo, debemos cuidar nuestro cuerpo, primero y más importante porque es morada del Espíritu de Dios, y no podemos contaminarle con nada que nos perjudique, y segundo porque es un beneficio para nuestra salud.