Cuando surge una tragedia, (terremoto y tsunami de Japón) siempre salen a relucir los “predicadores de malas noticias” con sus mensajes apocalípticos sobre el fin de los tiempos, los días de la ira de Dios y el juicio sobre las naciones.
Recuerdo una antigüa alabanza que comienza así:
“Si pudiéramos ver más allá de hoy como Dios puede hacerlo”.
Pero no podemos, así que las repuestas fáciles e improvisadas en momento de dolor y confusión, solo añaden más dolor a las heridas de los que están heridos.
Debemos evitar querer ocupar el lugar que solo le corresponde a Dios, El solo conoce las razones del sufrimiento del hombre, El es el único que sabe su propósito y plan.
Hay algunos discípulos modernos de Elifaz, personas bien intencionadas, pero haciendo el papel de Dios, citan las escrituras e intentan desentrañar misterios. No sería más fácil dejar que Dios sea Dios.
No actuemos como si conociéramos los pensamientos de Dios en cuanto a los razones de lo que pasa en el mundo, simplemente no asumamos el papel de Dios.
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