He tenido esta semana una charla con un buen amigo y hermano en la fe. Hablamos y debatimos sobre varios temas; religiosos, sociales y sobre todo de los problemas que nos afectan a la mayoría de los ciudadanos de cualquier país. Este hermano me hablaba como solución a todas estas circunstancias la proclamación de un gobierno evangélico. Cada día son más los creyentes que sueñan con un Estado cristiano, con leyes establecidas por líderes evangélicos y que estableciesen las Sagradas Escrituras, como guía para gobernar de una manera Bíblica. Esto, que puede parecer lo ideal para aquellos creyentes plantea serios problemas.