En estas pasadas navidades Netflix lanzo un especial de
Navidad que presentaba a Jesús como homosexual, por esto se realizó una
multitudinaria campaña para pedir a los creyentes la cancelación a dicha plataforma digital.
Fueron multitudes de páginas en las diferentes redes sociales pidiendo que de
esta forma se pudiera forzar a Netflix a dar marcha atrás en su publicación. Parece
que con el tiempo esta “fiebre” de cancelación paso, se olvidó la ofensa que a
muchos creyentes les causo esta serie. Pero….
Surge de nuevo el problema ahora se trata de una serie
llamada «Los 3 de abajo: Relatos de Arcadia». La serie cuenta con una escena
(en el séptimo episodio de la segunda parte) donde muestra como dos de sus
personajes femeninos se besan. Debido a esta escena, otra vez son muchos los
que piden que los creyente cancelemos de una vez nuestra cuenta de Netflix,
creyendo que cancelando la cuenta Netflix, estos van a dejar de publicar estas
series que van contra los principios cristianos.
Quiero dejar muy claro que si tu conciencia no te permite
estar asociado con esta clase de contenidos inconsistentes con tus valores y
convicciones personales, entonces estás haciendo lo apropiado. Pero lo que
también es verdad es que ¿Cuántas plataformas de Internet estamos usando que contienen
contenido en contra de nuestra conciencia y nuestros valores?
Youtube, Facebook, Twitter, etc, y alguna más por ahí son
plataformas que contienen contenido ofensivo, inapropiado y en muchas casos incompetentes
con nuestros valores y convicciones personales. Si, ya sé que puedes decir,
pero yo no estoy pagando por ello, pero perdona que te diga, cada vez que
entramos en una de esas páginas estamos contribuyendo gracias a la publicidad a
que estos que publican, vídeos y fotografías que nos ofenden como cristianos estén
cobrando por sus publicaciones.
¿Entonces qué hacer? Yo personalmente lo tengo muy claro.
Primeramente, no hacerles publicidad barata, publicando
continuamente comentarios aunque sean en contra de las series, porque lo único
que hacemos es crear interés en más personas, que solamente por curiosidad van
a ver las citadas series. Hay un viejo dicho que dice que “la mala publicidad
es buena publicidad”, refiriéndose a que es preferible tener mala prensa antes
que nadie hable de nosotros. Oscar Wilde decía algo parecido: “la única cosa
peor que hablen de nosotros, es que no hablen de nosotros”, así que lo mejor es
ignorarles completamente.
Segundo. Ser sabio a la hora de consumir algún contenido, no
por haber algo malo en Netflix o en cualquier otra plataforma significa que
todo es malo. (1 Corintios 10.23). Cuando alguna plataforma publique algo en
contra de tus convicciones o en contra de lo que tú crees que no te sorprenda,
esto no es nada nuevo, ya lo hemos dicho cualquier plataforma de la red
promueve valores en contra del cristianismo. (Juan 17.15-18) No debemos
alejarnos del mundo sino ser luz en medio del mundo.
La verdad es que son tiempos difíciles donde nuestros hijos
están siendo expuestos en muchas maneras y formas a toda una ideología de
género que enseña que la sexualidad no tiene definición ni diseño establecido
por Dios. Frente a estos desafíos lo más prudente es dedicar todo el tiempo
posible a nuestros hijos y educándoles en el Evangelio de Jesucristo.
(Proverbio 22.6)
Y por último orar para que estos creadores de estas series
se den cuenta de sus errores y puedan conocer la verdad, y pensar que nuestra
lucha no es en contra de Netflix ni contra los creadores de estas series.
Nuestra lucha es contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales
tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.
(Efesios 6.12). Hay algo más detrás de todo esto.
Y para terminar, para todos los rebeldes que aún seguirán en
Netflix, les recomiendo una serie sobre la crisis de Fe de una familia de
pastores Luteranos. «Herrens Veje’», en español, «Algo en qué creer».
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