Cada año y cada vez que se acerca la navidad surge la misma
pregunta: ¿Deben los cristianos celebrar la Navidad? Hay cristianos en ambos lados del dilema, cada
uno con múltiples razones del porqué se puede celebrar, o por qué no se debe
celebrar la Navidad en los hogares Cristianos. ¿Pero qué es lo que dice la
Biblia? ¿Da la Biblia instrucción clara sobre si la Navidad es una festividad
que debe ser celebrada por los Cristianos?
Es bien sabido que no encontramos un mandato bíblico
explícito para celebrar la Navidad. ¿Eso quiere decir que es antibíblico? ¡No!
En la Palabra de Dios encontramos algunos principios Bíblicos que nos invita a
celebrar esta fiesta, veamos:
1.- La Palabra nos manda celebrar las obras de Dios.
Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Señor, Tu verdad también en la congregación de los
santos. (Salmo 89.5)
Generación a generación celebrará tus obras, Y anunciará tus poderosos hechos. (Salmo
145.4)
Y diréis en aquel
día: Cantad al Señor, aclamad su
nombre, haced célebres en los pueblos
sus obras, recordad que su nombre es
engrandecido. (Isaías 12.4)
Y qué obra más grande
hay en el universo en la que Dios enviará a su hijo a que naciera en un pesebre
para la salvación del mundo. (Juan 3.16)
2.- El ejemplo de los ángeles
Me sorprende cuando algunos cristianos dicen que la Biblia
no habla de celebrar el nacimiento de Cristo. En el Evangelio de Lucas 2-14, Los
ángeles mismos lo celebraron con un canto: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
Cuando Jesucristo nació, el cielo festejó. Los ángeles lo
hicieron con un canto, y siendo que los ángeles son mensajeros de Dios, y que
solamente hacen lo que Dios les manda, podemos inferir que Dios también celebró
el nacimiento de su Hijo. Por cierto, ¿cuál fue la reacción de los pastores al
ver a Jesús? ¿Lo celebraron? (Lucas 2:20).
“Y volvieron los pastores glorificando
y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”.
3.- El ejemplo de los
magos
Los magos llegaron después el nacimiento de Jesús (Mateo 2.1-11).
Cuenta la Biblia que cuando llegaron, se postraron en adoración, reconociendo a
Jesús como Rey, y le ofrecen tres presentes: oro, incienso, y mirra. Muchos
objetan que los magos vinieron a adorar, no a celebrar. Sin embargo, celebrar y
adorar no son dos conceptos opuestos. En el libro de Zacarías 14.16, dice “Y
sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones que fueron contra
Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey, Señor de los
ejércitos, y para celebrar la Fiesta de los Tabernáculos. Este no es el único
ejemplo. En las siete fiestas judías, adorar y celebrar eran dos cosas que se
hacían juntas. Entonces, por lo menos en las fiestas bíblicas, la adoración se
hacía en el contexto de celebración.
4.- El ejemplo de
Jesucristo
Una de las razones de porque muchos cristianos no celebran
la navidad es porque la Biblia no manda la celebración.
Sin embargo, en el evangelio de Juan vemos que Jesucristo
mismo celebró una fiesta que no era mandada en las Escrituras.
Leemos lo siguiente: “En esos días se celebraba en
Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús andaba por el
templo, en el pórtico de Salomón” (Juan 10.22-23). Se celebraba la fiesta de la
dedicación, y esta era celebrada por los
judíos ya que era algo digno de celebrarse. Jesucristo, siendo judío, la
celebró. Nosotros no somos judíos, así que no tenemos por qué celebrar esta
fiesta. Sin embargo, encontramos este principio, que la Biblia admite (por el ejemplo de
Jesucristo mismo) el derecho a celebrar algo digno de celebrarse. ¿Es el
nacimiento de nuestro Señor Jesucristo algo digno de ser celebrado?
5.- El principio del
apóstol Pablo
El apóstol Pablo es muy práctico. En Romanos y Corintios
escribe principios similares, respecto a celebrar ciertas fechas, comer o
abstenerse de ciertas comidas, Pablo lo resuelve de la siguiente manera: “El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come,
para el Señor come, porque da
gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si
vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos,
para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto
murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los
que viven. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu
hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal
de Cristo”. (Romanos 14.6-10)
Pablo nos recuerda lo que en verdaderamente importa:
glorificar a Dios. Independientemente de si celebras o no celebras, no eres
mejor o peor cristiano. Dios ve tu corazón. Dios no se centra en si celebras,
sino por qué celebras. Algunos hermanos, por razones legítimas, deciden abstenerse
de celebrar la navidad. Esa es una libertad que la Biblia otorga. Pero de
igual manera, hay libertad para celebrar la navidad, pero si lo celebras, hazlo para la gloria de
Dios. Que quien celebra no juzgue a quien no lo hace, y quien no
celebra no desprecie a quien lo hace.
La Biblia dice: “hacedlo todo para la gloria de Dios”, (1
Corintios 10.31). Estas navidades tenemos la oportunidad como creyentes de ser
luz en las tinieblas. Eso sí, cada vez
más la fiesta del nacimiento de Jesucristo se convierte en una excusa para todo
tipo de exceso. Nosotros podemos ser el ejemplo de lo contrario, celebrando la
navidad con gozo y alegría, dando regalos, ayudando a los más necesitados, sentándose
a la mesa con tus familiares, cantando villancicos pero todo para para la gloria de Dios.
¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!
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