Normalmente cuando alguien, (jefe, profesor, etc) escoge a
alguien para algo importante intenta escoger a lo mejor de lo mejor. Personas
que estén cualificadas, que sean de lo mejor en su materia, personas que estén
dispuestas a ofrecer todos sus conocimientos para el bien de lo que han sido
escogidos.
Por eso, podemos pensar que Jesús cuando eligió a sus discípulos, eligió a los
mejores y a los más inteligentes, pero nos equivocamos, el Evangelio les presenta
como lentos, de cabeza dura, débiles de fe, a veces se niegan, a veces dudan.
Pocos, como Pedro, Santiago, y Juan, destacarán, pero también ellos se desvían
a menudo. La mayoría se mantendrá en las sombras. Uno traicionará a Jesús.
Nos preguntamos que estaría pensando Jesús cuando eligió a
este grupo tan corriente de discípulos. A pesar de esto, el crecimiento de la
iglesia durante el siglo primero demuestra que Jesús escogió bien, o que les ha
capacitado bien. Estos discípulos harán cosas grandes, no porque son grandes,
sino porque el que les ha capacitado es grande.
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