Es de agradecer cuando hermanos en la fe se preocupan por tu
“salud espiritual”, y por supuesto se
alegran de que todo te valla bien,…..bueno en casi todo. Mi salud no era tan
buena como yo le había explicado, el detecto algún síntoma de “enfermedad”.
Este síntoma no era otro que cuando le dije donde me congregaba. Me congrego en
la casa de una hermana, le comente, no asisto
a ningún local de culto. No me dijo nada pero su actitud demostró su
inconformidad con este tema.
Alguna gente rechaza las iglesias en las casas diciendo que
no son iglesias verdaderas, simplemente porque carecen de un edificio. Si esas
personas hubieran vivido durante los años de la iglesia primitiva, tendrían que
haber rechazado todas las iglesias que existieron, pues los primeros cristianos
se reunían en casas:
La casa de Lidia (Hechos 16:40)
Un Aposento Alto (Hechos 20:8)
La casa de Priscila y Aquila (Romanos 16.3-5, 1 de Corintios
16.19)
La casa de Ninfas en Laodicea (Colosenses 4.15)
La casa de Arquipo (Filemón 1.2)
¿Entonces cómo describe la Biblia a la iglesia? La Biblia nunca utiliza la palabra
"iglesia" para describir un edificio. En cambio, nos da una imagen de
la iglesia como una familia, donde hay padres y madres espirituales, hermanas, y hermanos en Cristo. La iglesia es
llamada "la casa de Dios" (1Timoteo 3.15). Ellos compartían la comida
(Hechos 2.46). Vivían unidos y compartían sus cosas (Hechos 2.44) y como una
familia, cuidaban y se amaban los unos a los otros profundamente (1 Pedro 1.22).
Así que, todos aquellos que nos reunimos en casas y que no
tenemos un local, no debemos preocuparnos, todos somos “Iglesia de Cristo” los
que nos reunimos en casas como los que se reúnen en locales utilizados para el culto.
No es el lugar donde nos congregamos lo que debe medir la
espiritualidad de un grupo de creyentes, sino
la fe en Dios, la lectura de la Palabra, la oración, el estudio y el
poner en práctica todas estas cosas.
No hagamos caso a esas voces que dicen que los que se reúnen
en las casas no son “iglesia”; porque lo más importante es que lo dice la
Palabra de Dios, “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18.20).
Lo mas importante es reunirnos y tiene que ser dondequiera que el Señor nos ponga en el corazón
para celebrar el culto de adoración al Señor.
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