El otro día Paula pidió mi opinión sobre una actividad extraescolar
que habían organizado en el colegio, y a la que ella quería asistir. Mi
respuesta fue negativa y la expuse mis motivos por lo que no me parecía bien
que asistiese. La reacción de Paula fue enfadarse e inmediatamente fue a buscar
la opinión de su madre, ya que mi opinión no concordaba con lo que ella había
pensado.
Cuantas veces nos ha ocurrido esto, hemos buscado consejo a través de
nuestros padres, pastores, profesores, amigos y como no nos ha gustado, o no
hemos oído lo que queríamos oír, hemos ido a buscar la respuesta a otro sitio.
Encontramos una
historia en la Biblia de un rey que pidió consejo a los ancianos, pero el
consejo que les había dado no le lleno, no era de acuerdo con lo que tenía
pensado, ¿Y qué izo?, fue a pedir
consejo a los jóvenes. [1]
Roboam pidió consejo, pero no evaluó cuidadosamente lo que
se le dijo. De haberlo hecho, se hubiese dado cuenta de que el consejo ofrecido
por los ancianos era más sabio que el de sus amigos. Para evaluar los consejos,
pregúntese si el mismo es realista, viable y coherente con los principios
bíblicos. Determine si los resultados de seguir el consejo serán justos, harán
mejoras y darán una solución o dirección positiva. Busque consejo de aquellas
personas más experimentadas y más sabias. El consejo es útil sólo si está de
acuerdo a la palabra de Dios.
Tengo por seguro que las personas ancianas, (y cuando me
refiero a personas ancianas no me refiero a edad, si no a experiencia personal
con Dios), siempre tienen una buena palabra para aconsejar a alguien que
necesita un consejo. Es rarísimo encontrar a un anciano diciéndole
a una persona que haga las cosas con malicia. Ahora bien, siempre
vienen a nosotros situaciones en donde tenemos que tomar decisiones ya sea en
el área familiar, laboral, espiritual y es bueno siempre saber pedir consejo a
quienes tienen experiencias y que han pasado por situaciones parecidas a las nuestras y ¡quiénes mejor que los ancianos! Sean
nuestros padres, maestros, tutores o pastores de nuestra congregación.
Durante unos años tuve que dar muchos consejos, hasta mi se acercaban personas para pedir mi opinión sobre algo tan
importante que les marcaría la vida pero a la hora de tomar la decisión
resulta que tomaron el consejo de un amigo, de un familiar o de un extraño. Hay
otras personas que acuden hasta aquellos que practican la adivinación para
tomar alguna decisión aunque esta sea importante, otros consultan el horóscopo
del día para sentirse con expectativas ante una situación importante.
Estoy convencido que a nuestro a nuestro alrededor hay
muchos hombres y mujeres de Dios que nos darán buenos consejos, pero mira,
escucha lo que dice la palabra de Dios: “En
Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia. [2]
Dios es el mejor consejero, ya que de El vierte la sabiduría
e inteligencia y poder. Si deseamos oír un buen y certero consejo ya sabemos a
quién recurrir. En la biblia está plasmada la voz de Dios para aquellos que
quieran recibir y dar consejos. La
biblia contiene los más sanos y
beneficiosos consejos para cualquier tipo de problema o las situaciones
que en la vida nos acontezca.
[1].- 1 Reyes 12.6
[2].-Job 12
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