Me llama mucho la atención que cuando no compartes los
pensamientos, actitudes, gustos, aficiones, o cualquier otra cosa te acusan
como poco de homofóbio.
He oído en la radio un comentario acerca de las personas que no están de
acuerdo con el fallo del Tribunal Constitucional que ha decidido avalar el matrimonio entre
personas del mismo sexo, según este periodista a todos aquellos que no pensemos
igual en este asunto vivimos en otra época, y en otra realidad.
Yo personalmente no estoy de acuerdo debido a mis convicciones religiosas, y por eso quiero que se me respete, por otro lado, el ser humano tiene libre albedrío de elegir lo que quiere, y eso hay que respetarlo, y lo respeto.
Yo personalmente no estoy de acuerdo debido a mis convicciones religiosas, y por eso quiero que se me respete, por otro lado, el ser humano tiene libre albedrío de elegir lo que quiere, y eso hay que respetarlo, y lo respeto.
Vivimos en un mundo libre y, se supone, que tenemos la
libertad de elegir lo que queremos pensar, ser o hacer. La realidad es que
vivimos en un mundo muy condicionado influenciado por los medios. Tendemos tendencia
a hacer o creer lo mismo que lo que cree otra gente.
Libertad no significa pensar o ser el más raro, excéntrico o
extraño. No se trata de competir en estas categorías. Libertad es la
habilidad de crear tus propios pensamientos y actuar o hablar en la
forma que tú crees que es mejor para ti
según tus convicciones. No necesitas aceptar todas las cosas que la
sociedad u otras personas (los medios) están tratando de imponerte.
En todos lados se habla y defiende la
“libertad”: libertad de expresión, libertad de tránsito por el país,
libertad de elegir y/o profesar cualquier ideología, creencias y/o confesión
religiosa. Pero verdaderamente hay libertad para no pensar como los demás sin
que estos se ofendan.
Yo tengo mi forma de pensar y mi forma está basada en lo que
diga la palabra de Dios.
Esto me hace llegar a la conclusión de que hay prácticas que
de acuerdo con el punto de vista cristiano son moralmente erróneas. Derivamos
esa conclusión de la Biblia.
Sin embargo, la Biblia también enseña que todos los seres
humanos han sido creados por Dios, y que él nos ama a todos.
Jesús dijo que Dios hace su sol brillar sobre justos e
injustos, y su lluvia caer sobre gente recta y sobre malvados. Obviamente,
aunque no nos parezca bien las formas o
maneras de pensar o actuar de algunos, Dios nos hace responsables de amar a
todos los hombres.
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