11 agosto 2012

Persevera y triunfarás


Algo que me ha llamado mucho la atención viendo los JJOO de Londres es las grandes hazañas de algunos deportistas. Me ha gustado David Cal, Usain Bolt, Javier Gomez Noya, Mireia Belmonte, Michael Phelps por su récord de 19 medallas olímpicas, un verdadero campeón, pero si hay que hablar de verdadera hazaña no podemos olvidarnos del atleta  sudafricano Oscar Pistorius, que se convirtió en el primer atleta doble amputado que compite en unos Juegos Olímpicos.


  Es una  experiencia increíble estar aquí. Es un sueño hecho realidad”, dijo el atleta después de la carrera. He trabajado durante seis años para correr los 400 metros en una Olimpiada.
Si hay algo en común en estos deportistas para conseguir estos logros tan importantes es el trabajo, el esfuerzo y sobre todo la perseverancia. Todos estos triunfos no se logran de un día para otro, hay deportistas como Oscar Pistorius que llevan años y años perseverando para lograr su meta.
Si tuviéramos que definir la perseverancia diríamos que es la firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos, ser constantes en la realización de algo planteado.
 La perseverancia significa desechar la posibilidad de rendirse. Es el valor de esforzarse continuamente, para superar todo obstáculo que se pueda atravesar en la lucha por alcanzar aquello que nos hemos propuesto.  Uno puede tener grandes cualidades, pero sin trabajo, esfuerzo y sin ser perseverante no vamos a conseguir nada. La perseverancia se ve truncada en el momento de intentar obtener una satisfacción inmediata.
La perseverancia suele implicar fuerza de voluntad, pero también estudio y entrenamiento para poder llegar a la meta. La famosa frase “Persevera y triunfarás” resume el valor de la perseverancia.
La Biblia,  nos enseña que la perseverancia es clave para triunfar. La persona que pronto se desilusiona o se desanima no llegará muy lejos. En cambio, con la perseverancia, todo es posible.
Además, la perseverancia choca con un concepto muy extendido socialmente que consiste en valorar solamente aquello que suponga el éxito inmediato con el menor esfuerzo posible. Lamentablemente, esta mentalidad de conseguir todo con el mínimo esfuerzo ha influido muy negativamente sobre todos en nuestros jóvenes, y de manera acusada en el rendimiento escolar donde un alto porcentaje (próximo al 30%) de los estudiantes jóvenes abandonan los estudios sin haber terminado el nivel secundario de enseñanza.
¿Qué podemos hacer para inculcarnos la virtud de la perseverancia? Ante todo, aprender del ejemplo de Jesucristo, de los Apóstoles y  de los hombres y mujeres de la Biblia que supieron perseverar en sus vidas a pesar de los numerosos obstáculos y la incomprensión. Todos ellos tenían un objetivo claro (cumplir la voluntad de Dios) y no vacilaron en dedicar todos sus esfuerzos y tiempo para avanzar en el camino de la perfección personal practicando las virtudes cristianas. Eran conscientes además que en muchos casos su trabajo y sacrificios no darían fruto hasta después de su muerte.
Por otra parte, la perseverancia nos enseña  apreciar los pequeños logros de cada día en nuestra vida cristiana, perseveremos hasta el fin para lograr algo excelente.

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