Algo que me ha llamado mucho la atención viendo los JJOO
de Londres es las grandes hazañas de algunos deportistas. Me ha gustado David
Cal, Usain Bolt, Javier Gomez Noya, Mireia Belmonte,
Michael Phelps por su récord de 19 medallas olímpicas, un
verdadero campeón, pero si hay que hablar de verdadera hazaña no podemos
olvidarnos del atleta sudafricano Oscar
Pistorius, que se convirtió en el primer atleta doble amputado que compite en
unos Juegos Olímpicos.
Es una experiencia increíble estar aquí. Es un sueño hecho realidad”, dijo el atleta después de la carrera. He trabajado durante seis años para correr los 400 metros en una Olimpiada.
Es una experiencia increíble estar aquí. Es un sueño hecho realidad”, dijo el atleta después de la carrera. He trabajado durante seis años para correr los 400 metros en una Olimpiada.
Si hay algo en común en estos deportistas para conseguir
estos logros tan importantes es el trabajo, el esfuerzo y sobre todo la
perseverancia. Todos estos triunfos no se logran de un día para otro, hay
deportistas como Oscar Pistorius que llevan años y años perseverando para
lograr su meta.
Si tuviéramos que definir la perseverancia diríamos que
es la firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos, ser
constantes en la realización de algo planteado.
La perseverancia significa desechar la posibilidad de rendirse. Es el valor de esforzarse continuamente, para superar todo obstáculo que se pueda atravesar en la lucha por alcanzar aquello que nos hemos propuesto. Uno puede tener grandes cualidades, pero sin trabajo, esfuerzo y sin ser perseverante no vamos a conseguir nada. La perseverancia se ve truncada en el momento de intentar obtener una satisfacción inmediata.
La perseverancia significa desechar la posibilidad de rendirse. Es el valor de esforzarse continuamente, para superar todo obstáculo que se pueda atravesar en la lucha por alcanzar aquello que nos hemos propuesto. Uno puede tener grandes cualidades, pero sin trabajo, esfuerzo y sin ser perseverante no vamos a conseguir nada. La perseverancia se ve truncada en el momento de intentar obtener una satisfacción inmediata.
La perseverancia suele implicar fuerza de voluntad, pero
también estudio y entrenamiento para poder llegar a la meta. La famosa frase “Persevera y
triunfarás” resume el valor de la perseverancia.
La Biblia, nos
enseña que la perseverancia es clave para triunfar. La persona que pronto se
desilusiona o se desanima no llegará muy lejos. En cambio, con la
perseverancia, todo es posible.
Además, la perseverancia choca con un concepto muy
extendido socialmente que consiste en valorar solamente aquello que suponga el
éxito inmediato con el menor esfuerzo posible. Lamentablemente, esta mentalidad
de conseguir todo con el mínimo esfuerzo ha influido muy negativamente sobre
todos en nuestros jóvenes, y de manera acusada en el rendimiento escolar donde
un alto porcentaje (próximo al 30%) de los estudiantes jóvenes abandonan los
estudios sin haber terminado el nivel secundario de enseñanza.
¿Qué podemos hacer para inculcarnos la virtud de la
perseverancia? Ante todo, aprender del ejemplo de Jesucristo, de los Apóstoles y de los hombres y mujeres de la Biblia que supieron perseverar en sus vidas a pesar
de los numerosos obstáculos y la incomprensión. Todos ellos tenían un objetivo
claro (cumplir la voluntad de Dios) y no vacilaron en dedicar todos sus
esfuerzos y tiempo para avanzar en el camino de la perfección personal
practicando las virtudes cristianas. Eran conscientes además que en muchos
casos su trabajo y sacrificios no darían fruto hasta después de su muerte.
Por otra parte, la perseverancia nos enseña apreciar
los pequeños logros de cada día en nuestra vida cristiana, perseveremos hasta
el fin para lograr algo excelente.
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