Es muy normal encontrarte un cartel como este en cualquier lugar público. Las vacaciones son un paréntesis en la vida de muchos. Y considero que son necesarias para recuperar energías y nuevas ilusiones.
Pero debemos recordar que hay una parte en nuestra vida que no admite vacaciones. Se trata de nuestra vida espiritual, del trato diario con Dios. Dar vacaciones a nuestra vida espiritual es dar ventaja y caer en manos de nuestros enemigos de siempre: los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida. Es una pena que haya cristianos que durante todo el año hayan llevado un plan de vida serio delante de Dios, y que hayan progresado notablemente en su vida espiritual, y al llegar el verano parece que Dios ya no cuenta en sus vidas, y dejan de orar, de leer la Biblia, de estar en contacto con la iglesia, con los hermanos, y todo esto porque “cerramos en vacaciones”. En vacaciones se da una enfermedad grave que se puede convertir en un verdadero problema y es dejar a Dios aparcado, no llevarlo con nosotros.
Las vacaciones, piensan algunos, son para olvidar deberes, responsabilidades, normas. Mandan a Dios "de vacaciones" para poder disfrutar unos días según lo que se les antoje en cada momento. ¡Ya vendrá el invierno!, dicen mucho, y volveré a leer la Biblia, a orar, pero cuidado El verano no puede ser un paréntesis, tiene que ser una continuación de nuestra vida cristiana.
Hay una historia en los evangelios que nos demuestra que las vacaciones son buenas, legítimas y necesarias. Esta frase la pronunció el mismo Jesús para quien las cosas, no le eran indiferentes. Dice así: Venid conmigo a un lugar retirado y tranquilo y descansad un poco (Marcos 6.31).
“Venid conmigo”, dice Jesús disfruta de tus vacaciones, pero con Dios y que estas sean de crecimiento interior, de armonía y conocimiento familiar y de descanso corporal, a fin de comenzar el nuevo ciclo con nuevos bríos, alegría renovada y lleno de entusiasmo.
En las vacaciones también hay lectura, oraciones y amor al prójimo, y los devocionales que cada uno tenga durante el resto del año; en resumen, también ha de haber Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario