Solo nuestras manos abiertas y vacías pueden recibir algo del Señor. Cuando nos convertimos, nos rendimos completamente a Cristo, pero que fácil nos es olvidarnos de que Jesucristo es el dueño de nuestra vida. Si queremos ser cristianos útiles esta entrega debe ser una realidad, la auto-negación debe ser confirmada con nuestra postura, Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23).
Al tomar la cruz, consideramos muertos nuestras sueños, nuestras metas, nuestros planes, nuestras prioridades cambian, todo esto nos libera para seguir a Cristo y ser cristianos útiles es su obra.
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