A veces, ni siquiera un usuario experimentado se da cuenta de que un ordenador está infectado con un virus. Esto se debe a que los virus pueden esconderse entre archivos normales o camuflarse como archivos estándar. El funcionamiento de un virus informático es conceptualmente simple. Se ejecuta un programa que está infectado, en la mayoría de las ocasiones, por desconocimiento del usuario. El código del virus queda alojado en la memoria RAM del ordenador. El virus toma entonces el control de los servicios básicos del sistema operativo hasta destruir por completo toda la información del ordenador. Muchas veces estos virus entrar en nuestros ordenadores al abrir lo que pensábamos que era un mensaje electrónico inocente.
Así como dejamos que un virus entre en nuestro ordenador también permitimos que la oscuridad entre en nuestra vida cuando nos abrimos sin pensar a los mensajes impíos que se calan en nuestra cultura.
Estos mensajes maliciosos entran en nuestra vida de diferentes formas, a ver escenas de películas y ojear revistas no recomendadas, a permitir alojar en nuestro corazón deseos deshonestos, a ver páginas de internet que sabemos que no nos proporciona nada bueno pero la curiosidad no es buena consejera, o permitimos que la pornografía se apodere de nosotros. Bajamos la guardia y apenas notamos el pecado, que poco a poco infecta nuestra mente.
Satanás quiere destruir a los cristianos infectando nuestras mentes, pensando que esos “mensajes” no son maliciosos y cuando queremos darnos cuenta el pecado se ha hecho dueño de nosotros. Por esto sigamos el ejemplo del apóstol Pablo en su consejo a los corintios en llevar «todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo» (2 Corintios 10:5).
Y si por algún motivo, algún mensaje no deseado nos infecta, al confesar nuestro pecado, leer la Biblia y orar, construimos un muro cortafuego, una barrera que protegerá nuestra mente. Con la ayuda del Espíritu Santo, impediremos que nuestra mente se convierta en anfitriona inconsciente de archivos no deseados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario