25 febrero 2011

Virus (Mensajes maliciosos)

A veces, ni siquiera un usuario experimentado se da cuenta de que un ordenador está infectado con un virus. Esto se debe a que los virus pueden esconderse entre archivos normales o camuflarse como archivos estándar. El funcionamiento de un virus informático es conceptualmente simple. Se ejecuta un programa que está infectado, en la mayoría de las ocasiones, por desconocimiento del usuario. El código del virus queda alojado en la memoria RAM del ordenador. El virus toma entonces el control de los servicios básicos del sistema operativo hasta destruir por completo toda la información del ordenador. Muchas veces estos virus entrar en nuestros ordenadores al abrir lo que pensábamos que era un mensaje electrónico inocente.

Así como dejamos que un virus entre en nuestro ordenador también permitimos que la oscuridad entre en nuestra vida cuando nos abrimos sin pensar a los mensajes impíos que se calan en nuestra cultura.

Estos mensajes maliciosos entran en nuestra vida de diferentes formas, a ver escenas de películas y ojear revistas no recomendadas, a permitir alojar en nuestro corazón deseos deshonestos, a ver páginas de internet que sabemos que no nos proporciona nada bueno pero la curiosidad no es buena consejera, o permitimos que la pornografía se apodere de nosotros. Bajamos la guardia y apenas notamos el pecado, que poco a poco infecta nuestra mente.

Satanás quiere destruir a los cristianos infectando nuestras mentes, pensando que esos “mensajes” no son maliciosos y cuando queremos darnos cuenta el pecado se ha hecho dueño de nosotros. Por esto sigamos el ejemplo del apóstol Pablo en su consejo a los corintios en llevar «todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo» (2 Corintios 10:5).

Y si por algún motivo, algún mensaje no deseado nos infecta, al confesar nuestro pecado, leer la Biblia y orar, construimos un muro cortafuego, una barrera que protegerá nuestra mente. Con la ayuda del Espíritu Santo, impediremos que nuestra mente se convierta en anfitriona inconsciente de archivos no deseados.

18 febrero 2011

La serpiente y la paloma

Es maravilloso trabajar para el Señor en los Hospitales, es un trabajo que realmente tiene “paga” este Ministerio te da más que lo que tú puedas dar. Pero muchas veces nos encontramos con enfermos que el evangelio le provoca molestia, precisamente porque no pueden soportar que se dé a conocer un mundo distinto, donde reine el amor, la paz, la fe, la fraternidad y la solidaridad, el respeto a la vida y a la dignidad del hombre, porque todo esto es contrario a sus intereses.
Pero, la gran misión de los Capellanes es llevar consuelo y esperanza a los pacientes, empatizar con el sufrimiento, dar una palabra de esperanza a los desesperados. Decir que la vida vale la pena a pesar de las dificultades en la vida. Compartir el amor, la paz y la plenitud que Dios nos da, y restaurar la esperanza de los que pasan por tanto dolor.

¿Pero cómo podemos hacerlo?

Jesús al enviar a sus discípulos, les da consejos precisos sobre lo que han de hacer y decir, y les advierte de las dificultades que sufrirán, les dice; ser astutos como serpientes y sencillos como palomas.

Astuto para predicar el evangelio, para lograr artificiosamente el fin deseado. Astucia, implica que sabemos escuchar, que sabemos movernos con calma por otros caminos diferentes al evangelio, que no nos importa ver las cosas desde otro lugar, desde otra perspectiva. Supone que aunque la conversación no sea la que deseamos seguimos siendo capaces de ir hacia delante, hasta poder llegar al lugar que queremos.

Un paciente con el cual visite, me decía que no nos necesitaba por el momento, pero a lo mejor más tarde sí. Le pregunté qué tendría que pasar para que nos necesitara. Me contestó que tendría que enterarse de que se estaba muriendo o algo así. Eso me dio la oportunidad para preguntarle si pensaba que eso podría llegar a suceder. De repente, nuestro intercambio superficial de cortesías se transformó en una conversación sobre su temor a la muerte.

La sencillez que nos pide Jesús es una condición indispensable para que nuestro trabajo de frutos, para inspirar confianza y necesario a quienes tratamos de enseñarles los caminos del Señor. Es preciso ser sencillos, normales en nuestra conducta, de modo que nuestro comportamiento sea la manifestación natural y limpia de que amamos al Señor.

Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. (Colosenses 3:14)

12 febrero 2011

La fuerza de amar

Durante estas últimas vacaciones de verano leí un libro de Luther King titulado la fuerza de amar. No es una obra escrita por el Dr. King como un libro en sí, si no una recopilación de grandes sermones suyos, y se fundan en la crisis que vivían en esos tiempos. Todos los sermones fueron escritos para los feligreses de su Iglesia y mas tarde fueron pronunciados en asambleas celebradas en todo el país. Cuando leí este libro subrayaba las partes del libro que mas me parecían interesantes y que me gustaría compartir con todos vosotros. Son fragmentos, del libro que demuestran lo grande y visionario que llegó a ser. Aquí va el primero recogido en el capitulo titulado “Peregrinación a la no-violencia”:

“Más recientemente he visto muy clara la necesidad del método de la no-violencia en las relaciones internacionales. Aunque no estaba completamente convencido de la eficacia de la guerra en conflictos entre naciones, presentía que, aunque no podía ser nunca un bien positivo, podían servir como bien negativo para impedir la proliferación y el crecimiento de la fuerza del mal. La guerra aun siendo horrible, era preferible a la rendición a un sistema totalitario. Pero ahora creo que la poderosa fuerza destructora de las armas actuales elimina totalmente la posibilidad de que la guerra sirva para conseguir un bien negativo. Si partimos de la base de que la humanidad tiene derecho a sobrevivir, tendremos que encontrar una alternativa a la guerra y a la destrucción. En la era de los vehículos espaciales y proyectiles balísticos dirigidos, la elección está entre la no-violencia y la no-existencia.

No soy pacifista doctrinario, pero he abrazado un pacifismo realista que entiende que la posición pacifista es, dada las circunstancias, el mar menor. No pretendo verme libre de los dilemas morales con que tropieza el no-pacifista cristiano, pero estoy convencido de que la Iglesia no puede permanecer callada mientras la humanidad se enfrenta a la amenaza de la aniquilación nuclear. Si la Iglesia es fiel a su misión debe pedir que se ponga fin a la carrera de armamentos”.

Sin duda las palabras de Martín Luther King encerraban siempre verdades tan grandes como la propia vida; y no sólo eso, si no que tras leerlas ahora te das cuenta de lo visionarias y revolucionarias que eran y lo vigentes que siguen siendo a día de hoy.

04 febrero 2011

No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano

Que importante es demostrar con nuestra vida que Dios la gobierna, que Dios es nuestro guía, ser cristiano no es solamente ir a los cultos, predicar, o servir a Dios, ser cristiano es vivir siendo gobernado por Dios y por su palabra.

La falta de honradez, de honestidad e integridad, no ya solamente se ve en el “mundo”, sino tristemente ha entrado en nuestras iglesias.

Hace unos días pude oír en una emisora cristiana un testimonio de una hermana que refleja este grave problema que ya tiene cabida en nuestras iglesias.

“Tenía 900 euros en mi cuenta corriente, me dispuse a sacar por el cajero automático, 800 ya que tenía que pagar el alquiler de la vivienda, cuando llegue a casa, conté el dinero y cuál fue mi sorpresa que al volver a contar el dinero comprobé que tenia 900 euros. Inmediatamente me fui al cajero y pude comprobar que todavía tenía 100 euros en la cuenta, la hermana muy emocionada contaba este testimonio, como que era algo que venía de parte de Dios”.

Quizás este testimonio no tenga mucha trascendencia, pero lo que me dejo mas perplejo fue la repuesta del pastor,……. hermana el Señor ha hecho un milagro en tu economía, eso ha sido de parte de Dios, Dios te ha prosperado, milagro, milagro, frases como estas se repetían constantemente.

Fue en realidad un milagro, o un fallo del cajero automático, ¿fue honrando el consejo pastoral?,cual fue la mejor decisión, ¿quedarse con los 100 euros, o devolverlos al banco?.

Mi opinión es que el consejo del pastor no fue muy sabio, pues no tenemos que juntar los intereses puramente divinos con los humanos, y mezclar las peras con las manzanas es lo más nefando que puede establecerse. Si esta mujer hubiera devuelto esos 100 euros, hubiera testificado con su acción del poder de Dios, porque nuestra honradez será propósito para que la gente conozca a Dios, o nuestra falta de honradez será el propósito para que la gente no quieran conocer a Dios. El cristiano tiene que ser un buen cumplidor de las leyes civiles y sociales. Y un ejemplar cumplidor de los deberes cristianos.

La mentira el fraude la injusticia mina nuestra comunión con Dios y con nuestro Ministerio, Dios no puede ser burlado.

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