Estamos en plena temporada de Adviento, (un tiempo de preparación, el tiempo de ir hacia la segunda venida del Mesías, un momento de gran esperanza y gran expectativa). ¿Pero qué estamos preparando? ¿Qué esperamos que suceda? ¿Estamos preparando nuestros corazones para conmemora la primera Venida de Hijo de Dios entre los hombres, y un tiempo en el cual, mediante esta celebración, la fe se dirige a esperar la segunda Venida de Cristo al fin de los tiempos? ¿O estamos preparándonos para una nueva ola de compras en unos centros comerciales donde nadie puede caminar tranquilo? ¿O estamos preparándonos para los grandes atascos de tráfico en nuestras ciudades con el ambiente general de mal humor y desesperación?
¿Estamos preparándonos para la depresión, la ansiedad, e incluso los enfados que acompaña cuando termina la temporada de vacaciones?
Pero los que esperamos el Adviento como lo que es, la preparación de la segunda venida de Jesucristo, el adviento nos invita a celebrar el nacimiento de Jesús que es más que un momento de intercambio de regalos y fiestas. Es el cumplimiento de la esperada promesa a lo largo de un pacto eterno. Es la prueba de que mucho antes de que conociéramos a Dios, este arriesgó todo en un profundo acto de amor y sacrificio por todos nosotros.
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