Esta semana ha llamado mucho la atención la invitación que la Asociación ‘The Family’ (‘La Familia’) ha hecho al presidente del gobierno Español. Aunque el famoso Desayuno Nacional de Oración, hoy es más un acto político donde se pueden hacer contactos, tiene un origen cristiano y espiritual. La tradición de celebrarlo se remonta al periodo de la Gran Depresión en la década de los 30, cuando muchos en América perdieron sus trabajos, cayeron en la pobreza y varios hombres de negocios en la ciudad de Seattle decidieron ayudar a sus hermanos congregándoles para compartir un desayuno y orar sobre las situaciones difíciles que estaban atravesando. En la invitación que la Cámara de representantes de EE.UU curso al Sr. Zapatero se dejaba ver el carácter cristiano del acto “Para fortalecer nuestra relación mediante nuestro amor por Dios”. Los invitados recibieron un tratado donde se explicaba el sentido del Desayuno de Oración, “Con el deseo de profundizar en la vida espiritual y moral del pueblo a través de un liderazgo guiado por Dios”
No creo que se halla conseguido este propósito, pues algunas de las personas participantes en este evento no creen en Dios ni en el poder de la oración y consideran esta reunión como una venerada tradición.
Se hace muy difícil pensar o imaginar que el presidente Zapatero termine un discurso diciendo “Dios bendiga a España”, o que en las Cortes arrancasen cada una de las sesiones parlamentarias con la bendición de un capellán, o que las citas de la Biblia formasen parte de ejemplos de cómo guiar a una Nación.
Sin embargo para nosotros los cristianos existen un poder capaz de cambiar el curso de los acontecimientos y transformar el corazón de los gobernantes, me refiero al poder de la oración en boca de “hombres y mujeres temerosas de Dios”
Que privilegio el nuestro, sabemos que la oración ha logrado mas cosas de lo que el mundo imagina, las enseñanzas de la Biblia, la historia de la iglesia y la experiencia cristiana confirman que la oración actúa, pero tenemos que entregarnos sin reservas a Dios, pues solamente los que oran con fe y sin dudar serán escuchados, dice la Biblia “la oración eficaz del justo puede mucho”. Pero sin nuestras oraciones carecen de objetivos, de significación y van acompañadas de dudas, quedaran sin repuesta. La oración es algo más que un simple deseo pedido al cielo; es la voz de la fe dirigida a Dios.
Quiero, pues que los hombres oren en todo lugar……….. (1Timoteo 2.8)
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