Han pasado dos mil años desde que Jesucristo creara su Iglesia, el mundo tiene seis mil millones de personas, la tecnología avanza de tal manera que muchos nos preguntamos ¿no desaparecerán las iglesias tal como la conocemos?, ¿será el fin de las congregaciones?, ¿para que sirve reunirse en un templo?, ¿son una alternativa las nuevas tecnologías?
A lo largo de la historia del cristianismo siempre se han levantado controversias contra la iglesia, comenzando desde la primera persecución a la iglesia de Jerusalén, hasta hoy día que cierran iglesias por mero capricho.
Hay “cristianos” que pronostican que en breve no hará falta reunirse en una iglesia, pues Internet permitirá revivir los cultos, asistir vía Online a las reuniones de oración y escuchar las mejores predicaciones, ¡ah! Y como no bautizarse. Es como si pensáramos que debidos a estos avances la función de la iglesia no fuera necesaria para los hombres, ni para los creyentes.
Hoy mas que nunca, debemos comprender lo importante y necesario que es congregarse, ya que la ciencia y la tecnología nos muestran un mundo independiente, y a un hombre que no puede vivir solo.
El hombre es un ser social designio de Dios, que nace, crece, se desarrolla y vive en familia, por lo que pienso que su vida en comunidad es esencial y necesaria.
El no asistir a las reuniones cristianas es perder el estímulo y la ayuda de otros cristianos. Nos reunimos para anunciar nuestra fe y fortalecernos los unos a los otros en el Señor, afrontaremos problemas espirituales, tribulaciones e incluso persecución. Las dificultades nunca debieran ser excusas para no congregarnos. En cambio, a medida que surgen las dificultades, debemos hacer un mayor esfuerzo por ser fieles en la asistencia.
Por todo esto a esos que piensan que no es importante congregarse, o a los que anuncian que van a desaparecer las iglesias en el futuro, les decimos que Jesucristo las ha establecido para que al vivir de acuerdo con las leyes del reino de Dios, nos permita a los hombres enfermos por el pecado, en lo moral, espiritual, mental o físico, encuentren una familia que nos acepte y guíe hasta encontrar la luz verdadera y llegar a ser hombres y mujeres nuevos.
Algunos están faltando a las reuniones, y eso no está bien. Reunámonos para animarnos unos a otros y con mayor razón ahora que vemos que se acerca el día. (Hebreos 10.25) versión: Palabra de Dios para Todos.