12 octubre 2011

Estad contento, por el calor y por el frio.

En pleno otoño sigue haciendo calor en Madrid, más de 30 grados, y esto me ha llevado a comentar algo que siempre solemos decir: “que ganas tengo de que venga el invierno”, pero también estoy convencido que cuando llegue el invierno echare de menos este calorcillo o dicho de otra manera cuando hace calor, queremos frío; y cuando hace frío, queremos calor.

El ser humano es así, siempre queremos lo que no tenemos. Por eso, cuando leemos en la Biblia las palabras de Pablo,… he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación», nos preguntamos: ¿Será posible para nosotros sentirnos así?

Para Pablo lo era. La Biblia describe la actitud del apóstol ante la vida: «Sé lo que es vivir en la pobreza, (vivir humildemente) y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Y terminaba diciendo; "todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

La comunión de Pablo con Dios estaba por encima de lo que tuviera o de lo que le faltara. Su alegría, su gozo no dependía de las circunstancias, sino de su relación con Cristo. El apóstol nos recuerda que el contentamiento no se produce de la noche a la mañana. Es algo que se aprende. A medida que nuestra relación con Dios se desarrolla, con el tiempo y las experiencias, aprendemos a confiar más en Él y menos en nosotros. Pablo sabía que Cristo le daría fuerzas para perseverar en toda situación en que se encontrara

Cualesquiera que sean las circunstancias que enfrentes hoy, mediante la oración podrás recibir la fortaleza necesaria para estar contento en lo mucho o en lo poco.

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