Mucha gente trata de ser "estrellas" en el cine, en el deporte en el mundo del espectáculo, sólo para descubrir que su condición de estrella es temporal, que tarde o temprano se acaba.
¿Qué tal si supieras que puedes ser una estrella delante del Trono del Señor y recibir honor, aplauso y respeto de los ciudadanos del cielo para Siempre?
Esto queda reservado para los que ensenan a otras personas a compartir el gozo y el amor, a vivir de una manera diferente a través del Evangelio.
Dios nos dice cómo podemos ser "estrellas" eternas: siendo sabios y enseñando la justicia de Dios.
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. (Daniel 12.3)
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