Con el año nuevo siempre nos planteamos cambios y propósitos nuevos en nuestra vida con la intención de crecer y mejorar como personas y sentirnos mejor con nosotros mismos.
Muchos de estos propósitos se repiten año tras año y al final no somos capaces de cumplirlos y es cuando lo que fueron propósitos para el año anterior se convierten en propósitos para el año nuevo y con ello, vuelta a empezar.
Los propósitos más comunes están relacionados con la, Salud Física, Belleza, Conocimientos Intelectuales, Trabajo, Dinero, Vivienda, Pareja, Familia.
Pero como cristianos también tenemos que tener propósitos nuevos, por este motivo me propongo para este año 2011.
Como Pablo: olvidar lo que queda atrás, y proseguir a la meta (Filipenses 3:12-14).
Como David: alzar mis ojos a los montes y recordar que mi socorro viene del Señor (Salmo 121.1).
Como Abraham: confiar incondicionalmente en mi Dios (Hebreos 11:8).
Como Ezequías: preparar mi corazón para buscar a Dios, mi sanador (2 Reyes 20:1-11 Isaías 38:1-22).
Como Moisés: escoger obedecer a Dios, aunque esto signifique sufrir, antes que gozar de los placeres temporales del pecado (Hebreos 11:23-29 Éxodo 2:11-4:17).
Como Daniel: vivir en comunión constante con Dios (Daniel 2:19-23 3:28 6:10, 20-22, 25-28).
Como Job: ser paciente bajo cualquier circunstancia (Job 1:1-2:10 42:1-17).
Como Josué y Caleb: no permitir que me desanimen los obstáculos (Números 13:25-33 14:6-9 Josué 1:1-9).
Como José: dar la espalda a la tentación (Génesis 39:6-12).
Como Aaron y Hur: servir de sostén a mi pastor y a los líderes de mi iglesia con mi oración y mi apoyo (Éxodo 17:8-16 Hebreos 13:7, 17 (1 Tesalonicenses 5:12-13).
Como Andrés: guiar a mis hermanos a Cristo (Juan 1:35-42 Mateo 28:16-20).
Como Esteban: manifestar un espíritu de perdón hacia los que me hieren (Hechos 7:55-60 Mateo 6:9-15 Lucas 11:1-4 Romanos 12:17-20).
Como Isaías: responder al llamado de Dios diciendo: “Heme aquí envíame a mi” (Isaías 6:8).
Como la iglesia cristiana primitiva: compartir lo que tengo con los más necesitados (Hechos 4:32-37, 1 Timoteo 5:8).
Como Loida y Eunice: testimoniar la fe y enseñar
Como el etíope: mantener el deseo de estudiar
Como Elías: orar con fervor y ser constantes en la oración (1 Reyes 18:20-46 1 Tesalonicenses 5:16-18 Filipenses 4:6-7).
Como Josué y su familia: que yo y mi familia sirvamos al Señor (Josué 24:14-24).
Reconociendo mi incapacidad de alcanzar con mis propias fuerzas estos objetivos, al ver nuestras flaquezas y debilidades, nos damos cuenta de que necesitamos de la ayuda de Dios para poder cumplirlos. Por lo que digo: "TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE" (Filipenses 4:13)
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