¿Somos Racistas?

Los prejuicios o las conductas racistas siguen empañando las relaciones entre las personas, los grupos humanos y las naciones. La opinión pública se conmueve siempre más, y la conciencia moral no puede de ninguna manera aceptar tales prejuicios o conductas.
La Biblia afirma vigorosamente la dignidad de cada persona creada a imagen de Dios. En los días de Jesús había una barrera entre el pueblo de Dios y los gentiles que se encontraban fuera de la comunidad cristiana, el diseño de Dios era bendecir a todas las naciones de la tierra por medio de Abraham, (Génesis 12.1-3). Pero en vez de ser un testigo a las naciones, Israel alimento el perjuicio contra los gentiles.
El perjuicio y el racismo permanecen con nosotros en nuestros trabajos, con nuestros vecinos, en los parques, cuando hacemos la compra, en el transporte público, incluso en nuestras Iglesias.
Estas actitudes dañan nuestro testimonio del amor de Cristo por todas las personas. Jesús entrego su vida para redimir a las personas de toda tribu y nación. Nosotros no solo debemos aceptar a todo el mundo, sino que también debemos amarles como nuestros hermanos y prójimos.
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno es Cristo Jesús, (Gálatas 3.28)
Fotografia del Centro de Creación Cientifica