29 octubre 2010

Día de la Reforma Protestante

El día 31 de octubre se celebra el día de la Reforma, y no podemos olvidarnos de los primeros reformadores que desafinaron a Roma. Uno de ellos Martín Lutero expuso tres grandes puntos a tener en cuenta:

1) Justificación por la fe

2) Salvación solo por gracia

3) La Biblia como única fuente de autoridad del creyente para la enseñanza y practica.

De esta forma se inicio así la vuelta a la Palabra de Dios que estaba cautiva y manipulada por la Iglesia Católica Romana de aquella época.

Celebremos, pues, con gratitud a Dios y con renovada esperanza un nuevo aniversario de la Reforma Evangélica; no para detenernos en el pasado, sino con un corazón abierto a la palabra de Dios, predicando en todo momento, a tiempo y fuera de tiempo a Jesucristo como Señor y Salvador.

Sigamos defendiendo los 5 Solos que la Reforma Evangélica o Protestante enarboló: "Sola Fe, solo CRISTO, sola Gracia, sola Escritura, Solo Gloria a Dios"

24 octubre 2010

El poder terapéutico de la oración

Acabo de recibir este testimonio del poder de la oración, os recomiendo podáis leer y meditar en ello..

¿Tienen las oraciones poder para sanar? La ciencia está descubriendo lo que los creyentes siempre supieron. Lo que voy a relatar ocurrió cuando trabajaba en el hospital Parkland Memorial de Dallas (Texas) durante mi residencia. Mi primer paciente sufría de cáncer en fase terminal y la dolencia le afectaba los dos pulmones. Le aconsejé respecto a la terapia que se le podía administrar, y le expliqué lo poco que le serviría. Acertadamente, optó por no seguir el tratamiento.
Cuando pasaba junto a su cama, siempre lo veía rodeado de personas de su iglesia que habían ido a visitarlo, a cantarle y orar con él.
Qué bien pensé, pues pronto estarán cantando y orando en su funeral.
Transcurrió un año y yo trabajaba en otro centro médico. Entonces, un colega del hospital Parkland me llamó para preguntarme si estaba interesado en ver a aquel paciente. ¿Verlo? Ni siquiera podía creer que todavía estuviera con vida. Estudié su radiografía y me quedé boquiabierto. El paciente tenía los pulmones limpios, sin ningún indicio de cáncer.
La terapia a la que se sometió le dio excelentes resultados comentó el radiólogo, que miraba por encima de mi hombro, refiriéndose al paciente.
¿Terapia? pensé. Si no se sometió a ninguna... a menos que la oración se considere una terapia.
Conté lo sucedido a dos de mis profesores de la facultad de medicina. Ninguno de los dos reconoció que había sido una curación milagrosa.
Es el curso natural de la enfermedad, opinó uno.
Está claro, comentó el otro encogiéndose de hombros.
Yo había perdido hacía mucho la fe de mi niñez. En aquel momento creía en la eficacia de la medicina moderna. Diríase que consideraba la oración algo superfluo. Así que no pensé más en ello.
Transcurrieron varios años más. Llegué a ser director de un importante hospital. Estaba al tanto de que muchos de mis pacientes oraban, pero confiaba muy poco en la eficacia de sus oraciones. Terminaba la década de los ochenta, y de casualidad llegaron a mis manos unos estudios. Muchos de ellos se habían realizado en condiciones muy estrictas de laboratorio, y revelaban que la oración influye de manera decisiva en diversas dolencias.
Tal vez el estudio más convincente sea el que publicó en 1988 el cardiólogo Randolph Byrd. Un ordenador extrajo los nombres de 393 pacientes de una unidad coronaria del Hospital General de San Francisco. Seguidamente, repartió los nombres en dos listas. Una de ellas se entregó a grupos de oración, mientras que nadie oro por las personas cuyos nombres figuraban en la otra. Nadie sabía en qué lista estaba ninguno de los enfermos. A los grupos de oración solo se les proporcionó el nombre de pila de los pacientes, junto con una breve descripción de las dolencias que los aquejaban. Se pidió que oraran por esos pacientes todos los días hasta fueran dados de alta, pero no se les dieron instrucciones de cómo orar ni qué decir.
El estudio terminó al cabo de diez meses y los pacientes por los que se oro se beneficiaron en varios aspectos importantes:
* Tenían cinco veces menos probabilidades de necesitar antibióticos, en comparación con los enfermos por los que no se oro.
* Tenían dos veces y media menos probabilidades de sufrir de insuficiencia cardiaca congestiva.
* Tenían menos probabilidades de sufrir un paro cardíaco.
Si la técnica médica estudiada hubiese sido un nuevo medicamento o procedimiento quirúrgico en vez de la oración, probablemente se habría proclamado como un gran avance de la medicina. Incluso escépticos recalcitrantes como el Dr. William Nolen, que escribió un libro cuestionando la validez de la fe para sanar, reconoció: "Si este estudio es fidedigno, los médicos deberíamos escribir en las recetas: "Oración tres veces al día". Si el método surte efecto, utilicémoslo."
Pero hay cosas que los científicos, y los médicos nos contamos entre nuestras soluciones. La eficacia de la oración es una de ellas.
Actualmente he dejado el ejercicio de la medicina y me dedico a investigar y escribir sobre los efectos de las oraciones en la salud. Hay estudios que dan a entender que puede tener consecuencias beneficiosas en caso de alta presión arterial, heridas, jaquecas y ansiedad. En los párrafos siguientes expongo algunos de mis hallazgos:
La oración adopta múltiples formas.
En los estudios que han pasado por mis manos, los resultados no se manifestaron únicamente cuando se oró pidiendo resultados concretos, sino también cuando se elevaron oraciones sin entrar en detalles. Es más, algunos estudios indicaban que en los casos en que solo se dijo algo así como: "Señor, hágase Tu voluntad", ello fue, en términos cuantitativos, más eficaz que los resultados específicos que se esperaban. Numerosos experimentos indican que la simple actitud de oración acompañada de amor e interés hacia la persona por quien se ora crearon las circunstancias que favorecieron la curación del paciente.
El amor aumenta la eficacia de la oración.
La eficacia de la oración es legendaria. Es parte del folclor, del sentido común y de la vida diaria. El amor tiene efectos físicos: prueba de ello es que los enamorados se sonrojan y les palpita el corazón. A lo largo de la historia se ha reconocido sin excepción que el cariño y el desvelo constituyen un factor valioso para la curación. Es más, una encuesta que se llevó a cabo entre 10.000 hombres afectados de cardiopatías y que se publicó en el boletín The American Journal of Medicine reveló que la angina de pecho se redujo a la mitad en los que percibían el apoyo y el amor de sus esposas.
Prácticamente todos los que se valen de la fe y la oración para sanar están de acuerdo en esto: que el amor es la fuerza que les permite proyectarse para curar, incluso a distancia. La sensación de interés y de afecto es tan marcada que todos la describen diciendo que sienten como si se fundieran con la persona por la que ruegan.

El Dr. Herbert Benson, de la facultad de medicina de Harvard, fue uno de los primeros investigadores que estudió los efectos beneficiosos para la salud de la oración y la meditación. Descubrió una correspondencia entre el ejercicio y la oración. Enseñó a corredores a orar mientras corrían, y descubrió que el organismo les funcionaba con mayor eficiencia.
Sus hallazgos revelaron que la oración no solo es beneficiosa, sino que hay una amplia variedad de métodos.

La oración demuestra que no estamos solos.
Uno de mis pacientes agonizaba. El día antes de su fallecimiento, me senté junto a su lecho. Lo acompañaban su esposa y sus hijos. Él sabía que le quedaba poco tiempo de vida, y elegía con cuidado sus palabras; hablaba en susurros y con voz ronca. Pese a que no era religioso, nos reveló que últimamente había empezado a orar.
¿Y por qué pide? le pregunté.
No es que ore por nada en particular respondió pensativo; es que hacer oración me recuerda que no estoy solo.

Ya conoces el valor de la oración: es precioso sobre todo precio. Nunca la descuides. (Thomas Buxton)

Via: James R. Yate


16 octubre 2010

Actores Secundarios

No soy muy cinéfilo, sin embargo me ha llamado mucha la atención la muerte de Manuel Alexandre, unos de los actores más entrañable del cine español, un actor “secundario, un robaescenas"

Ha hecho 312 películas y fue el actor que siempre estuvo allí, nutriendo con magistral discreción los mejores títulos de la cinematografía española y sintetizando con un gesto las bondades del hombre humilde.

Auque Manuel se le consideraba un actor secundario, no por este motivo dejo de cumplir con su trabajo, y siempre daba el 100 %, nunca dejaba nada en el camerino.

Muchas veces no nos damos cuenta del trabajo de estos hombres y mujeres, actores secundarios, sin embargo casi todas las películas no podrían ver la luz sin esta clase de actores.

Toda esta pequeña historia me ha llevado a meditar que en la vida cristiana también hay cristianos, con ministerios quizás menos importantes que otros. Me explico la Biblia nos dice que teniendo diferentes dones, según el regalo que nos es dado, si el de profecía, el de servicio el de enseñanza, el de exhortación, el que reparte, o el que preside. Seguro que ha todos nos gustaría ser profetas, maestros, presidir…. Pero el servir, o repartir ya no nos gustaría tanto, pero todos son importantes en el Reino de los Cielos, y si viene de parte de Dios, tenemos que darlo todo y no dejarnos nada en el tintero.

Hay una historia de una joven que Dios utiliza para revelar al Rey y a su corte que si visitan al profeta de Dios se curaría de su lepra. Esta joven la habían llevado cautiva de la tierra de Israel, y servia a la mujer del general, era una cristiana “sirviente”, pero hay tres aspectos que destacan de esta joven:

1) Era una cristiana de todo corazón, aunque no era profeta, ni maestra, sino una sirvienta.

2) Sabia que Dios la había puesto hay, y como tal tenia que actual.

3) Tenía la valentía espiritual para testificar del poder de Dios que salva y sana.

No importa tanto nuestro ministerio, no todos podemos ser pastores, maestros, profetas. Cuenta la historia que regresaba los setenta que el Señor envío a predicar y volvían gozosos, de ese nuevo Ministerio que les había dado el Señor. Y todos sabemos la repuesta de Jesús, no os regocijéis de la importancia de vuestro ministerio, sino regocijaos de que vuestros nombres este escrito en los cielos.

08 octubre 2010

Conferencia Asistencia Evangélica en Hospitales

Se ha celebrado el pasado día 1 la I Conferencia de Asistencia Evangélica en Hospitales. Esta I Conferencia nace de la necesidad de querer ponteciar las labores y dedicación de hombres y mujeres en este Ministerio, y que fortalezca el llamado y dedicación de la Asistencia Religiosa Evangélica en Hospitales, como así mismo estudiar las fórmulas de cooperación que haga efectiva la Asistencia Evangélica a los pacientes que deseen recibir atención pastoral.

Esta conferencia ha marcado un hito histórico de referencia, ha sido el primer paso en la historia de España que busca reconocer de forma oficial a los capellanes y asistentes de capellán evangélicos en su trabajo en centros hospitalarios. Para llegar a este punto, que puede servir de precedente para otras Comunidades Autónomas, ha sido importante la Asistencia Religiosa Evangélica que se esta realizando en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, donde la figura de los capellanes evangélicos ya esta presente desde hace casi 2 años. Ahora, este servicio se extenderá oficialmente a todos los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid.
La Conferencia contó como ponentes, con Pablo Martines Vila, Juan Manuel Quero Moreno, Pedro Tarquis, Mercedes Gasanz, Helena Yuste, David Pritchard, Ángel Sierra y un servidor, exponiendo los diferentes temas escogidos para el evento ante un público que llenaba el aforo del paraninfo del Instituto Internacional. Hubo una gran número de personas que han manifestado su deseo de incorporarse a esta Asistencia Evangélica Hospitalaria, 101 en total.

Esta conferencia no pretende ser un punto y aparte sino que quiere darse continuidad con el Taller de Capellanes que se va a celebrar el próximo sábado día 23 de Octubre 2010.

Puedes escuchar dos de los temas tratados en esta I Conferencia.

JOSE MANUEL QUERO: entrevista en audio sobre Pastoral ante la muerte anunciada

PABLO MARTÍNEZ VILA: Conferencia sobre La pastoral del enfermo,

en AUDIO Y VIDEO

También podéis tener los apuntes de la ponencia sobre la Asistencia Hospitalaria en el Hospital 12 de Octubre de Madrid expuesta por Esteban Moreno

03 octubre 2010

Merece la pena el esfuerzo

¿Alguna vez te has sentido como si lo que haces en tu vida no es apreciado o no merece la pena? Me refiero a esa sensación en la que parece que no hay nadie que reconozca tus esfuerzos por “mejorar” Todavía se te hace más difícil si estás empeñado en seguir a Jesús; quizás es porque la vida cristiana cuesta. Seguro que tenemos algunos días en los que cuestionamos algunos de estos esfuerzos o sacrificios. No te desalientes, El Señor nos dejo un mensaje:

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. (1 Corintios 15.58)

Es un mensaje de confianza para nuestras convicciones:

“Estad firmes y constantes”

Es un mensaje para no bajar la guardia:

“Creciendo siempre”

Es un mensaje que da sentido a nuestro vivir diario:

“Sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano”

Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor. (Mateo 25.21)

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